“La economia del Estado y su empantanamiento actual”

Sin duda alguna, podemos afirmar que lo óptimo es que la economía sea percibida por la sociedad como un ferrocarril en marcha. Las vías por la que se desliza equivalen al plan delineado por el gobierno para arribar a un destino deseado.

Desde que llegó a Carondelet, el presidente Moreno no ha logrado que la sociedad ecuatoriana sintiera la economía como un ferrocarril que marcha sobre rieles. Más bien lo hemos sentido como una formación quieta y alineada detrás de una locomotora inmóvil. La sensación empeoró con los famosos escándalos de corrupción perpetrados por el gobierno anterior.

Señor Director, pero más allá de la banalidad del gobierno y sus fracasos en disminuir el gasto público y la recesión, está el obstáculo que siempre implicó una casta política decadente y oportunista, empeñada en hacer descarrilar el ferrocarril de la esperanza.

Cabe resaltar, entonces, que en el gobierno socialista tuvo un pico de euforia la economía ecuatoriana, gracias al momento excedentario que le regaló la histórica trepada del precio del petróleo.

Pero, con esta gran oleada de dólares que llegaron al país, no se reconstruyó nuestra sociedad, sino que se dilapidaron en la financiación del clientelismo, consumismo y corrupción, sin haber dejado una economía fuerte y sustentable.

Eco. Mario Vargas Ochoa