“E pur si muove”

Esa es la frase latina, de fácil traducción al idioma español: “pero se mueve”, que dijo Galileo Galilei luego de retractarse, ante la amenaza de la Santa (¿?) Inquisición de mandarlo a consumirse en la hoguera, por haber manifestado que era verdad la teoría de Copérnico, esto es que la tierra es una esfera que gira alrededor del sol, lo que al parecer implicaba una negación a lo que afirman los Evangelios. Y ha llegado el momento de aplicar tal frase del italiano en nuestro país, después del violento movimiento telúrico del pasado sábado, que afectó a las provincias costaneras, sobre todo a Manabí, por lo que en la actualidad, luego del poderoso sismo de 7.8 grados, su capital, Portoviejo, parece una ciudad que acaba de ser bombardeada.

Esta ha sido una catástrofe natural que nos ocurre 67 años después del también terrible terremoto que azotó Ambato y que hizo que la tierra se tragara, con su pétrea boca, la población de Pelileo. En nuestro litoral se recuerda también el sismo del año 1906, hace más de un siglo, que afectó a la provincia “siempre verde” de Esmeraldas. Sin olvidar el terremoto de Guayaquil, el 13 de mayo de 1942, de 7.9 grados de intensidad, con un alto número de víctimas mortales al derrumbarse varios edificios, entre esos el de la clínica Arriaga-Gómez, llena de pacientes, personal médico y paramédico, así como algunos visitantes. La guayaquileña Adalgisa Descalzi permaneció tres días bajo los escombros, hasta ser por fin rescatada.

La reciente tragedia, sin embargo, ha servido para demostrar el grande y tradicional espíritu de solidaridad de los ecuatorianos (pobres, ricos, gente de clase media, desempleados incluso) que, desde todos los puntos de la patria, han acudido con una asombrosa inmediatez al llamado de ayuda para los damnificados que perdieron sus hogares y hasta a muchos de sus seres queridos, y que se han quedado, lo que se dice, prácticamente en la calle, amén de los centenares de heridos que requieren de protección. El episodio insólito es que dos camiones llenos de estas vituallas, agua embotellada y alimentos hayan sido asaltados en el camino por una banda integrada por sujetos más que amorales, que merecerían las más altas condenas ante hecho tan inhumano.

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