“La democracia impuesta no es democracia”
La democracia debe cultivarse primero en cada uno de nosotros y en nuestra sociedad, tomando las palabras del filósofo John Dewey, para que entonces funcione como sistema político. Entendamos a la democracia como un estilo de vida, con carga de valores que van desde lo más básico, hasta aquello que como colectividad debemos defender y propiciar.
En la visión de la Ilustración europea, todos los seres humanos eran potencialmente capaces de alcanzar la condición humana, independientemente de cualquier distinción étnica, religiosa, incluso de recursos económicos escasos, pues estaban aptos para tomar decisiones y participar en proteger el bien común. Por su parte, Thomas Hobbes presenta al ser humano como una criatura intrínsecamente egoísta y codiciosa, señala que estas conductas deben ser “restringidas” por un soberano o mandatario. Es entonces que el ser humano consciente de su naturaleza malvada por ánimo de sobrevivencia y que opta por la guerra como vía “natural” de solución de conflictos sociales, concluye que requiere dotar de representación a un soberano o una asamblea; con este fundamento nace el Pacto Social (Contrato Social será empleado por Jean-Jacques Rousseau, como símil). Hobbes del que devienen las primeras consideraciones del pensamiento político mundial, deja sin sustento el origen divino del poder (Valga la oportunidad para que algunos políticos de nuestro país, se enteren de tal notición) y sostiene que, los políticos son representantes del pueblo, por lo que se encuentran limitados por este, siendo únicamente el pueblo quien puede legitimar o no su accionar representativo; reflexión pertinente al contexto político actual del Ecuador, ya que la guerra de odios de los últimos 10 años que libró una clase política, denostadamente malvada y por mero “ánimo de sobrevivir”, empujó al pueblo a celebrar un renovado Pacto Social el 4 de febrero del 2018, que en ejercicio de su derecho de democracia directa, toma la decisión de recurrir a la designación de representantes, para que se adopten decisiones y brinden seguridad, sin duda las decisiones y la seguridad a las que hace referencia Hobbes, han evolucionado con el andar del tiempo, por lo que no es difícil comprender que las decisiones son relacionadas a las seguridades que un pueblo necesita para perder el miedo de actuar en libertad; la seguridad jurídica, sería la clave de aquellas que deberán ir saliendo del cautiverio maquiavélico al que fueron sometidas a correazos.
Es indiscutible que la democracia impuesta, no es democracia. La madurez moral de origen Kantiano, se observa como estructura y conducta que la democracia presupone en la ciudadanía, el respeto a la humanidad y nosotros mismos. Por su parte es rasgo característico de la adolescencia el desenfreno, según la misma teoría, podría decir que hemos superado la democracia adolescente, inmadura y de altanerías.
Ab. María C. Kronfle Gómez