Cuando hace un año empacó maletas para marcharse a México con el objetivo de convertirse en un actor internacional, el ecuatoriano Henry Briceño no miró hacia atrás. Lo más difícil para él fue adaptarse a una ciudad tan grande como el DF y su vasta cultura. “La gente es muy buena y cálida, pero algo desconfiada y se caracteriza por ser nacionalista. Sin embargo, no les molesta la presencia del extranjero, más bien les agrada”, indica el también modelo y Míster Ecuador 2012. Tras estudiar un tiempo en la escuela de la Asociación Mexicana de Cineastas Independientes (AMCI), para mantenerse económicamente laboró como auditor contable en una terminal del puerto de Manzanillo. Posteriormente, la agencia Nettalentos, a la que pertenece, le consiguió una audición para una obra de teatro que retrata la vida de Lorena Bobbit, la ecuatoriana afincada en Estados Unidos, quien se hizo famosa tras cortarle el pene a su esposo (John) en 1993. “En el casting no daban un centavo por mí (risas), pero cuando interpreté el texto todos voltearon a verme. Realmente fui el único que se lo aprendió y estaba preparado, todos eran mexicanos; finalmente me escogieron para dar vida al marido de la protagonista, quien es caracterizada por Diana Carranza”. En Yo soy Lorena Bobbit el espectador observa los abusos, maltratos y conflictos que rodearon a la pareja, el conocido incidente que derivó en un sonado juicio mundial y lo que fue de la vida de este malogrado matrimonio, años después. “Es un llamado en contra de la violencia femenina, la obra profundiza en los motivos que llevaron a Lorena a lastimar a su esposo”. La pieza, que incluye desnudos parciales, es dirigida por el venezolano Oswaldo Estrada, se estrenó el pasado 15 de junio y se mantendrá en cartelera por dos meses en el Centro Cultural de la Diversidad, situado en la colonia Roma. El plan del elenco es llevar esta propuesta por todo México con el apoyo de fundaciones a favor de la no violencia, con campañas en defensa de la mujer. Henry comenta que este es solo el inicio de más proyectos en camino, de los que prefirió no adelantar hasta que no se concreten. Por lo pronto disfruta de la buena receptividad de la obra y de representar a los ecuatorianos en México, un país que acogió a otros compatriotas como Vilma Sotomayor y Danilo Carrera.