“La corrupcion se debe castigar”

da indignación escuchar de las autoridades de que si hoy la corrupción es notoria es porque la están destapando. Pero, el objetivo de la lucha contra la corrupción no es destaparla, sino castigarla ejemplarmente como mecanismo de disuasión.

La situación por tanta impunidad es demasiado crítica, pero no tanto para darnos por vencidos. En medio de la amoralidad, de la desconfianza y de la indignación, el hecho de que se siga destapando las alcantarillas que estaban colapsadas y que se estén investigando a muchos responsables es una señal positiva. Ojalá que las investigaciones sobre los diferentes escándalos de corrupción, lleguen hasta las últimas consecuencias.

Eco. Mario Vargas Ochoa