Considero que la corrupción no tiene color político, ni nacionalidad, ni ideología alguna, tampoco es una nueva modalidad, ha existido y ha sido ampliamente practicada en el mundo desde siempre, sin embargo las sociedades que han tomado conciencia de lo dañina de su existencia y han tomado además medidas concretas para combatirla duramente y reducirla a su mínima expresión, han logrado desarrollarse y crecer económicamente como nación y población en su conjunto.

Estas sociedades han promovido los más altos valores como la honradez y solidaridad y han formado a sus ciudadanos no solo desde sus hogares sino en sus sistemas de educación empezando desde la primaria hasta la universidad, tanto en las ciencias del saber como la humanista, al grado de que algunos de estos países hoy en día están cerrando sus sistemas penitenciarios por falta de delincuentes,

Es a estas sociedades a la que emigran nuestros compatriotas en busca de un mejor futuro y además es de estas naciones que envían recursos para ayudar a sus familias. ¡La corrupción tiene un precio y es muy alto, un precio impagable y es el subdesarrollo económico y social; es la pobreza de la gran mayoría!

Eco. Mario Vargas Ochoa