“Antiguamente a los jovenes nos gustaba leer”

E n los 50 y 60 del siglo pasado era común que en todo barrio existiera un puesto de alquiler de revistas de historietas de ficción y otras que no solo entretenían sino que culturizaban a los lectores de toda edad y clase social; entre ellas Vidas Ilustres, Vidas Ejemplares, Epopeya, Tesoro de cuentos clásicos, Joyas de la mitología; estos puestos eran concurridos y las revistas se podían llevar a la casa y todos las devolvíamos porque había consideración a los demás. Ese interés por la lectura de este tipo se ha perdido. La juventud solo lee por deber y obligación pero no por disfrutar. El salón de lectura del Cristóbal siempre estaba lleno. ¿Ahora? Tiempos idos y “no volvidos”, como decían los antiguos.

Miguel Ulloa Paredes