“Aceptemos la alta frecuencia sísmica”

“Aceptemos la alta frecuencia sismica”

Era 1965 y terminados sus estudios en la Universidad de Berkeley (California), Tomás Guendelman fue contratado por la empresa T.Y.Lin y Asociados, para su oficina de Los Ángeles. “Me sentía importante y pensé que me recibirían con alfombra roja -recuerda- pero cuando me pusieron a cargo del jefe de dibujo, Larry Martin, este me dijo: Joven, su asignación para hoy consiste en aprender a escribir las letras del alfabeto”.

Toda esa semana debió aprender a escribir las letras y números, en minúsculas y mayúsculas y luego, al asistir a una suerte de ‘graduación’, le explicaron que, independientemente de quien realizaba el trabajo, la empresa tenía un sello de presentación uniforme, en el que la caligrafía jugaba un rol importante. Acto seguido, Martin le dijo a Guendelman con mucha humildad: De ahora en adelante tú eres el jefe y yo tu colaborador.

La anécdota es parte de las ricas vivencias acumuladas por este técnico chileno a lo largo de 50 años de fructífera carrera como especialista en Ingeniería Sismorresistente.

Estuvo en la Cámara de la Construcción de Guayaquil para hablar sobre los nuevos retos de este sector. ¿Cuáles deberían ser estos, luego del sismo que acaba de sufrir el país? le pregunta EXPRESO. “En cuanto al diseño sísmico -responde- debe modificarse la filosofía utilizada en la mayoría de normas, en las que hasta ahora se privilegia la protección de la vida y se considera que un diseño es exitoso si las estructuras no colapsan en sismos severos”.

Luego dice que los nuevos conceptos tienden a ampliar el concepto anterior y propenden a que, ante los terremotos, se mantenga también la habitabilidad de la vivienda.

Para Guendelman resulta indispensable que en las construcciones haya un revisor estructural, de comprobada competencia, capaz de dar una “segunda mirada” al diseño. Y para garantizar la calidad de la obra, urge incorporar en la legislación la obligatoriedad de contar con la participación de un inspector técnico de obra.

En cuanto a los terremotos severos, recuerda que ocurren con una frecuencia alta, cada cinco a diez años, en Ecuador y los otros países de la costa del Pacífico. “En Chile se ha logrado comprender esta realidad. No hacerlo significa actuar de manera irresponsable e irracional”.

Muchos conocimientos y experiencias a nivel técnico, ricas anécdotas y unas cuantas frases de Guendelman que ponen a pensar a fondo sobre cómo propiciar la resiliencia, o cómo sobreponernos ante los eventos naturales.