Carlos Castro, el inmigrante que emprendió su negocio propio en Estados Unidos y ahora es millonario.

De lavaplatos a millonario, la inspiradora historia de un inmigrante en EE.UU.

Entró a tierra estadounidense de manera ilegal, pero eventualmente logró asentarse y prosperar.

La historia de Carlos Castro, inmigrante salvadoreño en Estados Unidos, es para enmarcar. En 1980 se vio obligado a huir de su país, debido al conflicto armado que causó más de 75 mil muertes y desplazó a cientos de miles de personas, para tomar rumbo a tierra norteamericana, contó a BBC Mundo.

Al llegar a suelo estadounidense, sin documentos legales, fue deportado de vuelta a su país. Recuerda que la primera vez que cruzó tenía 25 años. “Junto a los otros inmigrantes atravesamos el Río Grande por el lado de Texas y recuerdo que me caí en lodo; sentía como si estuviera salvando mi vida para llegar al otro lado”, manifiesta.

Sin embargo, esto no fue impedimento para volver a intentarlo. La segunda oportunidad sería la de la revancha para Castro, quien comenta que una señora le ayudó con un coyote para enviarlo al otro lado. Posteriormente llegó a Los Ángeles y luego fue con dirección a Washington D.C.

Allí empezó como lavador de letrinas. Después ascendió a lavaplatos, luego a ayudante de cocina, pero no soportó el calor de los fogones y dejó el empleo. Para su suerte, le ofrecieron un trabajo de demolición y allí sus superiores se dieron cuenta de que sabía leer planos.

Con el tiempo, pasó a escalar posiciones y a hacer más dinero. Llegó a ganar hasta 50 mil dólares por año en esa área.

¿Pero cómo surgió su negocio que lo ha convertido en millonario?

“En una fiesta, una amiga simplemente me dijo que debería montar un negocio de comida latina, pues solo había productos mexicanos en Woodbrige, Virginia”, reveló. Luego, junto con un grupo de amigos, invirtió 160 mil dólares para abrir el local. Sin embargo, tres años después quebraron, lo que casi deriva en la venta del negocio.

“Se me acercó una persona con una oferta para comprar el negocio, pero tiré números y desistí. Al día siguiente le dije que me disculpe porque ya habíamos quedado en algo”, confesó.

Según BBC Mundo, su negocio en la actualidad emplea a 190 personas, tiene dos tiendas en Virginia y su proyección de ingresos brutos este año es de 30 millones de dólares.

Hoy en día, Castro es una personalidad reconocida en las comunidades de Woodbridge y Dumfries, en Virginia, e incluso ha sido reconocido por el medio local Prince William Living con el ‘Leadership Vision Award’ (Premio a la visión de liderazgo) en el año 2017, por ser una de las personas con mayor impacto en la sociedad.