
La Vicepresidencia se ‘hace la loca’ sobre su encargo en el Ministerio de Salud
Análisis| La negativa a dar explicaciones a la Comisión Anticorrupción se suma a la actitud estatal frente a HealthBird
La Vicepresidencia de la República, que se supone está a cargo del Ministerio de Salud por encargo del presidente, se sumó al silencio sepulcral e injustificable que rodea la contratación de la empresa HealthBird para la provisión de aplicaciones digitales para agendar citas y para la administración del sistema nacional de salud, con aplicaciones digitales que, de lo que se sabe, no han funcionado o ni siquiera han sido instaladas.
En un oficio que la oficina de la Vicepresidencia envió a la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA) con fecha 28 de noviembre, esa dependencia dice que el encargo que el presidente de la República le dio a la vicepresidenta María José Pinto es únicamente para la “articulación de políticas públicas integrales, planes, programas y proyectos en los siguientes ámbitos: salud mental, educación intercultural bilingüe, embarazo adolescente, primera infancia y desnutrición crónica infantil”.
En virtud de eso, dice la carta, las explicaciones e información que pide la CNA “no se enmarcan dentro de las competencias asignadas a esta Vicepresidencia”. ¿Entonces de quién, demonios, es obligación transparentar ese tema?
La respuesta de la Vicepresidencia es a propósito de una carta que la CNA le había enviado a Pinto con documentación sobre contratos irregulares y copias de las denuncias presentadas por ese organismo ante la Fiscalía, Contraloría y Ministerio de Salud.
Anticorrupción denuncia presunta opacidad
Además, la Comisión Anticorrupción le expresaba en esa carta -fechada el jueves 26 de noviembre- su preocupación por la poca transparencia en la contratación, por 37,7 millones de dólares, de HealthBird, una empresa sin experiencia en el desarrollo de modelos digitales de gestión hospitalaria, para que provea al IESS soluciones para agendar citas, exámenes, derivaciones y manejo de historias clínicas.
La respuesta firmada por la “Vicepresidencia de la República del Ecuador”, y no por la titular de esa dependencia, que es Pinto, abre varias interrogantes. Más allá de que el país sigue sin una explicación sobre la contratación de HealthBird, el texto sugiere que la Vicepresidencia no está a cargo de los temas operativos y contractuales del Ministerio de Salud, del que, se suponía, estaba a cargo Pinto por orden de Daniel Noboa.
¿Por qué María José Pinto se 'hace la loca'?
¿No hay, entonces, una ministra o un ministro de Salud? Si la vicepresidenta no puede responder a la consulta de la CNA porque, según dice su despacho, no tiene responsabilidades sobre esos casos, entonces eso querría decir que no hay un ministro de Salud. O que, en la práctica, hay otro.
Una fuente que ha estado muy relacionada con el Ministerio de Salud desde hace ya varios años le compartió a este medio su sospecha de que todo el tema administrativo y logístico del Ministerio de Salud se trasladó al nuevo viceministro de ramo, Stalin Andino, quien hasta antes de los cambios en el gabinete, producidos luego de la hecatombe electoral de la consulta, era el secretario jurídico de Carondelet.
El nombramiento de Andino se habría producido por “recomendaciones” de la Presidencia de la República, según la fuente. Andino, se sabe, antes de entrar al servicio público trabajaba en el departamento jurídico de la Corporación Noboa.
La sombra de un 'ministro', que no es ministro de Noboa
¿Es Stalin Andino el ministro de facto?
La negativa de la Vicepresidencia a dar explicaciones, además, se suma a la serie de negativas que distintos órganos del Estado han dado a los requerimientos de la prensa sobre HealthBird. La Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT), que se supone es la socia de HealthBird en el negocio, no ha querido responder a EXPRESO las preguntas que se le han hecho sobre esa contratación. El portal Primicias también reveló que la CNT le negó el acceso a información pública en varias ocasiones.
La gran incógnita sobre este contrato nació de una entrevista que el presidente Noboa dio en Radio Democracia de Quito; ahí, el mandatario anunció la contratación de HealthBird minutos antes de que concluya el plazo para la presentación de los oferentes para esa tarea. ¿Cómo sabía que HealthBird se iba a llevar el contrato? Ese es uno de los misterios que el gobierno guarda bajo siete llaves.
Existen algunas hipótesis más sobre la decisión de la Vicepresidencia de no entregar información a la CNA. Una de ellas es que el espíritu de prepotencia y arrogancia de otras dependencias, sobre todo de la Presidencia de la República, se haya colado también en la Vicepresidencia.
No dar información y guardar hermetismo con cualquier pretexto sobre temas públicos parecería ser una prerrogativa de quien ejerce el poder. Pero también aparecen otras posibilidades: por ejemplo, que la Vicepresidencia no quiera mojarse con un tema que quizá le parece turbio y prefiera argumentar que no está dentro de sus competencias dar las explicaciones de rigor.
¿Protege a Noboa?
O, también, podría significar que la Vicepresidencia quiere blindar al presidente Daniel Noboa y a su círculo más cercano, que ha estado tras la opaca contratación de HealthBird, en el que, sobre todo, está el expresidente del directorio del IESS, Édgar Lama von Buchwald.
En realidad, desde el 18 de noviembre -cuando Noboa expidió el decreto con el que encargaba el Ministerio de Salud a María José Pinto-, esa funcionaria no ha tenido apariciones ni ha hecho declaraciones sobre temas administrativos o logísticos del Ministerio y, más bien, se ha centrado en las funciones que tenía desde antes del encargo, relacionadas con salud mental, embarazo adolescente, educación bilingüe o desnutrición infantil.
¿Es realmente ministra de Salud la vicepresidenta, como se suponía, o ese cargo está en manos de Stalin Andino?
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