Línea. Aníbal Cajilema muestra los nuevos modelos de la marca.

L. Gilbert pisa fuerte pese a la contraccion

La semana pasada, la Cámara Nacional del Calzado (Caltu) advirtió una baja en las ventas hasta en un 25 % por la contracción económica y el tipo de cambio con Colombia y Perú.

La semana pasada, la Cámara Nacional del Calzado (Caltu) advirtió una baja en las ventas hasta en un 25 % por la contracción económica y el tipo de cambio con Colombia y Perú.

Estos inconvenientes preocupan a la industria Calital, pero no será motivo para trastocar sus planes de expansión, pues prepara la apertura en Durán de su séptimo local para promocionar especialmente su marca estrella: L. Gilbert.

“Estamos optimistas con nuestra planificación que para este año esperamos abrir dos locales más”, destacó Aníbal Cajilema, gerente comercial de esta compañía, que la crearon junto a sus hermanos Guillermo y Freddy (+).

También alistan el lanzamiento de la marca de calzado femenino Amelia by Gilbert, que lleva el nombre en honor a la matrona de los Cajilema.

La línea de zapatos masculinos se divide en las categorías: formal, semiformal, urbano, moda, casa y descanso. Bajo la marca L. Gilbert, la línea de calzado para mujer comprende urbano casual y flat (plantilla plana). Cuenta con una línea playera; así como de billeteras y cinturones de cuero.

Para la elaboración de los artículos recurren como materiales principales, como el textil, la lona y el cuero.

También hay vestimenta que se maquila con la marca L. Gilbert, “en donde el requisito principal es mantener la calidad, la que supervisamos de manera constante”, señala.

El hecho de que hayan planes de expansión no significa que esta industria no haya sido afectada en su producción. Por precio y por la presencia de productos chinos perdieron espacio en la bahía.

Pero aquellos factores motivaron a los hermanos Cajilema a identificar nuevos nichos en donde poder promocionar zapatos 100 % de cuero.

“Pensamos en ofrecer un producto, donde el plus que prevalezca sea la calidad y que rompa esquemas”, expresó.

Los Cajilema aprendieron de la elaboración del calzado a través de su padre Guillermo (de allí el nombre de la marca), producto que entregaban en tiendas y en provincias.

Fue en el 2000, en pleno proceso de la dolarización, que decidieron presentar su marca y abrir su primer local en el centro comercial del malecón Simón Bolívar.

El mantener una identidad se fortaleció con la globalización y con el derecho de reservar la propiedad intelectual de sus productos.

Gracias a L. Gilbert se crearon de manera directa medio centenar de fuentes de trabajo (producción, administración y ventas); e indirectamente una cifra similar. JPZ