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El juramento a Hipocrates

Soy hija de una jubilada que estuvo internada en una clínica del norte de Guayaquil que presta atención a los afiliados y jubilados del Seguro Social, y me tocó ver cómo personal médico y de enfermería no prestaba la debida atención a los pacientes por las noches. Si el paciente necesitaba algo o se había terminado el suero había que buscarlos por todo el piso. Mi deseo no es que el gobierno cancele el contrato con la clínica sino que les haga una observación para que mejore la atención y que sepan que uno, como hijo, se siente mal de ver que su familiar sufre y ellos le dan un quemeimportismo a lo que sucede. ¿Dónde queda la calidad humana y el juramento de Hipócrates?

María Manzo Lara