Jovenes desadaptados suben a los buses a proferir improperios

En un viaje reciente que hice a Quevedo me tocó de compañera de asiento del carro de transporte interprovincial a una señora que andaba con un hijo pequeño, quien contó que en cierta ocasión cuando caminaba por una ciudadela del norte de Guayaquil para tomar la buseta rumbo al trabajo, le cerraron el paso tres menores de edad con intención de quitarle la cartera; pero, como puso resistencia la arrastraron hasta que uno de ellos sacó un arma de fuego y la amenazó de muerte, por lo que asustada se las entregó.

Luego, relató que unos policías que se enteraron del robo “peinaron” el sector en busca de los pilluelos pero estos ya les habían dejado el “polvo”. En mi caso personal el pasado fin de semana iba en un bus de la 85 a Sauces 8 cuando subieron una docena de jovencitos por el centro comercial San Marino, que en principio trataron de engañar al conductor para no pagar todos sus pasajes, quienes se ubicaron en la parte posterior del vehículo y empezaron a gritar malas palabras en presencia de mujeres y niños que estaban asombrados por la reprochable conducta de aquellos adolescentes. Quise reclamarles pero para no amargarme la vida mejor bajé tranquilo y seguí mi camino a casa pensando cuál será el destino final de estos alienados e irrespetuosos chicos.

Jhonny Muñoz Lima