Fausto Ortiz: Un adelanto de expectativas

El deseo de mejorar el cierre anual durante el último trimestre podría imponerse al incremento de precios
No adelantamos la Navidad, pero sí el aguinaldo. El décimo tercer sueldo se calcula sumando los ingresos que constituyen remuneración entre el 1 de diciembre del año anterior y el 30 de noviembre del año actual, y dividiéndolos para doce. La fecha tope para el pago es el 24 de diciembre, pero en esta ocasión el Gobierno Nacional ha decidido adelantarlo al 14 de noviembre para los empleados públicos. Hay que recordar que se pudo haber comunicado si se lo recibe íntegramente en diciembre o de forma mensual a lo largo del año.
Dividamos el año en dos bloques: los primeros nueve meses y los últimos tres. En 2024, durante los primeros nueve meses se pagaron por concepto de sueldos y anticipos del décimo tercero un total de USD 7.055 millones (M), es decir, un promedio mensual de USD 784M. En octubre y noviembre se desembolsaron otros USD 788M cada mes, y en diciembre se pagaron USD 1.230M. Este último monto no duplicó el promedio mensual porque cerca del 40 % del valor que antiguamente se recibía en diciembre fue distribuido de forma anticipada a lo largo de los once meses previos.
Para 2025, hasta septiembre, se han pagado por nómina USD 7.202M, con un promedio mensual de USD 802M, lo que representa un incremento del 2,1 % respecto al año anterior. En el último trimestre se proyecta un desembolso de USD 2.894M por concepto de nómina. En números redondos, podría estimarse que el valor pendiente de transferir a mediados de noviembre, que es la fecha anunciada por el presidente de la República, por concepto de décimo tercero equivale a USD 489M, lo cual representa un aporte significativo a la capacidad de compra en los últimos 45 días del año.
El aguinaldo está llegando antes, pero varios desafíos estructurales siguen esperando su turno. La reacción generada por el aumento del precio del galón de diésel -que busca corregir una distorsión en la asignación inapropiada del subsidio- difícilmente impulsará nuevas correcciones, incluso si el Gobierno logra salir bien librado de la coyuntura actual. Reformas como la que podría brindar sostenibilidad al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social parecen haberse alejado del horizonte de este período presidencial.
Durante los dos últimos años, los meses de octubre a diciembre registraron inflación mensual negativa consecutiva. En los últimos 20 años, solo había ocurrido en 2020, año de pandemia. Para este año, esa ‘racha’ seguramente cambiará. No viviremos la recesión del año anterior que, ante la falta de demanda, imposibilitaba corregir precios. Debemos esperar impactos derivados del paro -más que de la subida del diésel- que podrían sentirse temporalmente en los precios de octubre.
La expectativa del adelanto del décimo tercero tendrá una suerte mixta en el comercio, que representa el 44 % de las ventas totales a nivel nacional. El deseo de mejorar el cierre anual durante el último trimestre -que concentra cerca del 30 % de las ventas anuales- podría imponerse al incremento de precios por una demanda adelantada. Esto permitiría no alejarnos del 3 % de inflación esperada al finalizar diciembre, cifra que fue señalada en esta columna dos semanas atrás, antes de conocerse el incremento del precio del diésel, el paro y el adelanto del décimo.