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Una jornada de relax y turismo en Guayaquil

Aunque muchos porteños viajaron a las playas o a la Sierra, los que se quedaron en la ciudad pudieron elegir entre varias opciones de distracción.

Aunque el sol no salió ayer, muchos se bañaron en la laguna de Coviem.

Desde pasear en familia por sitios emblemáticos como los malecones y el cerro Santa Ana, hasta disfrutar de la diversa flora y fauna de los parques y zoológicos, fueron algunas de las actividades que los guayaquileños y los visitantes nacionales y extranjeros efectuaron ayer, en el segundo día de este feriado.

Aunque muchos porteños viajaron a las playas o a la Sierra, los que se quedaron en la ciudad pudieron elegir entre varias opciones de distracción.

El parque Seminario, ubicado en el centro de Guayaquil, fue uno de los lugares más concurridos por grandes y chicos, a quienes les llaman la atención las iguanas y las ardillas que allí habitan.

Ana Castro, de nacionalidad panameña, aprovechó su estadía en Guayaquil para visitar este lugar, el cual solo conocía por Internet. “Es maravilloso ver las iguanas y poderles dar de comer de mi mano”, dijo la joven de 23 años, quien desde el lunes pasado está en la ciudad para participar en un congreso de Ingeniería Industrial.

A pocos metros, Amanda Almeida y Juan Iturralde, de nacionalidad argentina, no dejaban de fotografiar a los reptiles que se paseaban por el emblemático parque.

El malecón también atrajo a quienes no viajaron. “No hay dinero para salir de la ciudad, por eso vine con mi familia para distraerme un poco”, explicó Antonio Lozano, quien caminaba a orillas del río Guayas junto a sus hijos Arturo y José, de cinco y siete años, respectivamente.

En cambio, las familias Abraham Aguirre y Terán Enríquez llegaron de Quito el miércoles pasado para recorrer el malecón y subirse a La Perla (La Noria). “El año pasado no pudimos hacerlo por falta de tiempo, ahora hemos venido más días para no perdernos de este privilegio”, dijo uno de los miembros de la familia.

La laguna de Coviem, en el sur de la ciudad, fue uno de los lugares escogidos por Carmen Terán, quien prefirió quedarse en la ciudad por falta de recursos económicos. “Estoy sin trabajo y no puedo darme el lujo de viajar, pero he venido con mis hijos para que ellos se diviertan”. Allí, cientos de niños jugaron y se bañaron en compañía de sus padres.

La laguna tiene capacidad para 3.500 personas, pero ayer llegaron 2.000. Se espera que hoy y mañana acudan más.