El IVA

¡Qué vergüenza de desmán este que vive el país! Nadie, nadie sin intereses particulares de por medio, disfruta la limitación de sus libertades ni explica estas cosas a los hijos ‘encaletados’. Solo los políticos vibran con esto.

Tiene razón Cynthia cuando dice que la amenaza del IVA derivó de un trabajo prolijo y planificado de enmarque de la opinión pública, a juzgar porque finalmente el IVA no se incrementará y hay suspiros de alivio. Tiene razón el Gobierno cuando dice que las paralizaciones son motivadas políticamente desde el correísmo, también con una planificación que viene sembrando desde hace rato la narrativa de un inminente paquetazo.

Tiene razón, supongo, el Gobierno al proteger en lo inmediato al vicepresidente, la reserva de capital político del oficialismo, quien a pesar de haber cumplido su oferta de no subir el IVA, espera silente el paso de las horas. Lasso describió conceptos y principios, pero no dejó ver aún acciones políticas.

Lo que nunca me hubiera imaginado es al nebotismo y al correísmo coincidiendo en un jaque al leninismo. Solo tengo un vago recuerdo de que estas cosas pasaban todo el tiempo con legislativos divididos como el actual.

Los negocios del combustible, la relación de los partidos con líderes del transporte público, las inminentes audiencias verdes, los vínculos de las empresas de transporte público municipal, son un resumen posible de las papas que queman.

Bien haría el Gobierno en enviar, ahora que el estado de excepción se lo permite, no uno sino dos proyectos económicos urgentes a la Asamblea.

El primero con las medidas económicas, pues es en el Legislativo donde su contenido debe ser debatido y negociado, por oposición a ser arranchado en las calles. El segundo con una nueva versión, la más resumida y concreta, del proyecto legislativo de lucha contra la corrupción que se ofrece y se ofrece y en última versión fue hace poco negado en la misma Asamblea. A ver si hay forma de obligar a que, con el escrutinio público encendido, se discutan las cosas que se tienen que discutir y se tiren menos piedras.