
Italo, una vida en letras de oro
Las voces en el país que Estupiñán también adoptó como suyo no se hicieron esperar. Ayer, en México, los principales medios de comunicación y cuentas oficiales en distintas redes sociales lamentaron la muerte del tricolor.
Antes que él nadie; luego de él muchos. Ítalo Eugenio Estupiñán Martínez murió el martes pasado, pero la historia lo mantendrá vivo como el primer ecuatoriano en militar y triunfar en el fútbol mexicano, abriendo así un camino que hoy muchos tricolores agradecen.
De carácter afable y siempre abierto a compartir su experiencia, Raúl Avilés, quien fue su compañero en Emelec, allá en 1986, lo recuerda como todo un profesional. Ya en su última etapa como futbolista, cuando llegó al Bombillo, la ‘Turbina’ revela que el crack salía de entrenar y se iba a casa a llenar una tina con ocho fundas de hielo para relajar los músculos y prevenir lesiones. “Decía que ya no era un jovencito y que debía cuidarse”, confiesa el exjugador.
Y es que Estupiñán sabía valorar cada dólar que el fútbol le daba. De origen humilde, de niño trabajó ayudando a su madre a vender en el mercado.
El ‘Gato Salvaje’ empezó jugando en las calles y en las playas de su natal Esmeraldas. Era muy delgado. Cuando tuvo 16 años se probó en Aucas, pero a pesar de llegar recomendado el entrenador no lo aceptó por ser demasiado espigado.
Después de la oferta para irse a jugar en México, confesó que solo había visto algunas películas de Fernando Casanova que llegaban a la región sudamericana, por lo que creía se trataba de un país de pistoleros y ensombrerados.
El artillero tricolor llegó en 1974 al Toluca. Debutó con un gol. Se adaptó rápido al fútbol mexicano y se volvió referente al ataque, incluso terminó como el goleador del equipo, con 18 tantos aún estando 12 fechas fuera por lesión. El equipo llegó a la liguilla y resultó campeón al vencer con gol suyo, de cabeza.
Tras retirarse del fútbol en 1986 en Emelec, se mudó a Estados Unidos por una temporada. Luego regresó a vivir a la Ciudad de México. Posteriormente consiguió la nacionalidad mexicana. Estuvo en varios puestos vinculado al club Toluca, y manejó un negocio propio en Querétaro. También fue nombrado Encargado del Deporte en el Municipio de Ixtlahuaca. Fue coordinador de fútbol para los Diablos Rojos del Toluca y supervisor de escuelas de fútbol para el Estado de México. CFH/MOL