Acción. Ayer, un personal de la empresa Interagua realizaba una inspección y sellaba las tapas de alcantarillas.

Interagua: “Parchar las alcantarillas de Samanes no es la solucion”

Interagua ajustó las cubiertas para que los gases fétidos no perjudiquen al vecindario. Expertos consultados señalan que ese no es el remedio.

Las tapas de las alcantarillas que hasta hace apenas unos días se elevaban a causa de los gases que circulan por las tuberías de aguas servidas, en la avenida Teodoro Alvarado Oleas, cerca del colegio Teniente Hugo Ortiz, en la ciudadela Samanes 6, ayer fueron selladas.

El personal de Interagua, empresa a cargo del sistema sanitario de la ciudad, lo hizo -según adelantó el martes Ilfn Florsheim, vocera del consorcio - para evitar que el flujo se escape y perjudique la salud de los moradores que inhalan el vapor; aunque para los especialistas consultados, esa no fue la medida idónea.

La acción de la concesionaria se da luego de la nota publicada por EXPRESO, y que hizo hincapié en el fétido olor de los gases que los residentes perciben al menos hace tres años.

Y aunque para Florsheim la molestia no genera ningún tipo de riesgo; ejemplos como los de ciudades como Quirihue (Chile) y Medellín (Colombia), donde se han reportado explosiones en las alcantarillas, precisamente por la acumulación de gases, demuestran lo contrario. Y expertos como el ingeniero mecánico Rigoberto Angulo, lo certifican.

“Existe la posibilidad de que allí las aguas servidas no fluyan hacia la siguiente estación de bombeo que las lleva a la planta de tratamiento de aguas residuales, y entonces sea eso lo que provoca el problema”. Esa acumulación de las aguas, explica el también subgerente de ambiente de la consultora en ingeniería y ambiente Consulsua, genera que las bacterias crezcan y produzcan los gases que se pueden acumular y llegar a ciertos niveles de concentración en el aire que pueden incluso ser explosivos.

El profesional no puede asegurar si una explosión podría darse en esa calle de la ciudadela porque, precisa, primero habría que hacer una inspección para medir la concentración de esos gases e identificar si está elevada; pero recalca que el riesgo sí está latente.

Añade que el problema no se soluciona parchando las cubiertas que se levantaban. “Los gases deberán salir y si se sellan las tapas, seguirán acumulándose adentro”, advierte.

Con él coincide Cecibel Zambrano, ingeniera sanitaria y docente en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), quien afirma que existe un índice de riesgo de explosión por el gas inflamable que allí se concentra.

“Ahora lo que resta saber es en qué proporción es el riesgo, esa es la gran pregunta”, detalla, haciendo hincapié en que el gas más inflamable es el biogás, que se genera de los desechos sólidos y están en las alcantarillas.

Sin embargo, aclara que no porque la acumulación levante las cubiertas, quiere decir que el gas sea altamente peligroso. “Se levantan por la presión, es cuestión de física. Es como cuando se quiere introducir una tabla de madera en el agua de una piscina, va a tener un empuje”, grafica.

Al igual que Angulo, Zambrano advierte que la solución no está en sellar las tapas, sino en hacer otro desfogue en algún punto de la red para que los gases salgan y se disipen.

“A pesar de que el fluido, al no encontrar esas salidas, seguirá su trayectoria a lo largo de la red y buscará salir por otros lugares: quizás por los espacios que hay entre las tapas que no estén totalmente herméticas. Saldrían en menos proporción”, asegura.

La también experta en gestión de recursos e ingeniería civil recalca que hay que ir a la raíz del problema y buscar la fuente en donde se genera el problema. Porque, indica que las opciones son algunas, desde un taponamiento o una descarga ilícita que quizá ni conoce Interagua.

“Algo está sucediendo en la red. No es normal lo que está pasando, en el sentido de que todas las alcantarillas están construidas con la función de evacuar y circular las aguas negras, no que se queden estancadas”, concluye.

El ingeniero civil Jorge Herbozo, docente de la Universidad de Guayaquil, concuerda. “Las soluciones parches no son las más efectivas. En México hace años hubo una acumulación similar. Fue una fuerte explosión”, narra, asegurando que la presión de los gases incluso puede hacer romper un tramo de calzada.

Él cuenta que a veces transita por esa vía y cada vez que lo hace ha percibido el olor nauseabundo de las aguas servidas, que ha motivado inclusive a moradores como Miguel Sánchez a pensar en tomar acciones legales.

Los moradores del sector señalan que con el pasar de los meses la fetidez ha empeorado y que el aire llega hasta Samanes 2, que colinda con el 6.

El abogado Julio Arévalo, ex juez civil de Guayaquil, recalca que es necesario que los moradores denuncien legalmente el problema si la empresa encargada de las tuberías no les da respuesta ni solución, a pesar de que reconoce que es difícil que los vecinos puedan probar que han tenido afectaciones a la salud a causa del problema.

“Es difícil de probar. Un gran ejemplo es el caso Chevro-Texaco, donde mucha gente no ha podido corroborar que esa empresa les afectó en su salud. Pero los vecinos de Samanes deben unirse y denunciar”, narra.

Si los vecinos denuncian, la Defensoría del Pueblo intervendrá. “Pueden denunciar uno a uno o nombrar a un procurador común para que los represente”, detalla.

Con ello la Defensoría pediría una respuesta a la empresa señalada y si no contesta llamará a una audiencia para llegar a un acuerdo donde también deberían ir todos los moradores.

Este Diario solicitó una respuesta a la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Guayaquil (EMAPAG-EP) encargada de regular a la operadora Interagua, quien a través de su departamento de comunicación indicó que hoy se pronunciará.

NO HAY RESPUESTA

EXPRESO solicitó, a través de Ilfn Florsheim, vocera de Interagua, una entrevista con expertos o directivos del consorcio y no se obtuvo respuesta. A continuación algunas de las preguntas que vía correo electrónico también se enviaron.

Pregunta 1: ¿Han detectado qué provoca la generación de gases?

Pregunta 2: ¿Por qué el problema se ha extendido por tres años y hasta ahora no se ha solucionado?

Pregunta 3: Al sellar las tapas, ¿habrá otro punto de desfogue?

Pregunta 4: ¿Cuáles son las soluciones inmediatas?