Los ineficientes

El viernes pasado en este prestigioso diario leía un titular que decía: “Ecuador entre los países más ineficientes en salud”, en el cual, según datos del BID, ocupamos el puesto 54, de entre 71 países que fueron analizados.

Grandes cantidades de dinero “gastadas” en el rubro de la salud, despilfarrados en contrataciones de edificios, implementos y medicinas, cuyo factor común es el sobreprecio y la ineficiencia, por la deficiencia en materiales de construcción o porque los equipos no funcionan y las medicinas caducan en las bodegas, sin llegar a su beneficiario final, que no es otro que el pueblo, que recurre a dichos centros en busca de atención oportuna para recuperar la salud, y obtiene una esperanza de ser atendidos luego de un largo plazo de espera.

El mismo día leía otro titular que decía: “Cancillería no dispone de información sobre posible pedido de asilo de Correa”. Resulta vergonzoso que una entidad de tan alto rango carezca de información sobre el personaje que representó al país durante diez años, luego de lo cual ha sido el rostro visible como cabeza del gobierno más corrupto del que se tiene memoria histórica en el Ecuador. Y a esto sumémosle la ineficiencia en el funcionamiento y control de los “grilletes electrónicos” para la supuesta vigilancia y control de delincuentes condenados a llevar en el tobillo dicho dispositivo, más otras trafasías de la revolución ciudadana, como cobrar comisiones para realizar pagos de haberes a los proveedores de los diversos servicios prestados al Estado. La corrupción también está en prestar un servicio ineficiente y cobrar sueldo por aquello.

Pero la ineficiencia no es patrimonio exclusivo de la burocracia o la clase política, también lo es del votante, que elige a cualquier cuentero que le ofrece el oro y el moro, o al pillo que fundamenta su campaña en el modelo de Robin Hood: “quitarle a los ricos para regalarle a los pobres”; siendo la realidad, que les termina robando a ambos. El votante ineficiente elige gobernantes y obtiene gobiernos nacionales o seccionales corruptos e ineficientes.