En 2010 apareció un equipo nuevo en el fútbol ecuatoriano. Oriundo de Sangolquí y con pocos ribetes en su poder. Su nombre, entonces, era Club Social y Deportivo Independiente José Terán, en homenaje a su fundador quien había fallecido hace décadas. Pero lo que ningún ecuatoriano pensó es que ese modesto club iba a imponerse en el territorio sudamericano, eliminando a planteles potencias del fútbol en la región y hasta coronándose campeón de uno de los torneos de Conmebol.

Para llegar a este camino, Independiente atravesó años de aprendizaje en el fútbol ecuatoriano, como en el 2010 y 2011, cuando era un equipo que peleaba para mantenerse en la serie de privilegio. Competía, pero no era un rival del que se podía esperar mucho. Sin embargo, a la par de aquella acumulación de experiencia, el scouting y el trabajo en la formación de menores, iba también apareciendo.

Independiente del Valle tuvo un antes y después, luego del arribo del charrúa Pablo Repetto al banquillo. El actual entrenador de Liga de Quito, le dio mucho espacio a futbolistas jóvenes que entre 2012 y 2016, se afirmaron a la estelaridad y brillaron en torneos locales. Junior Sornoza, Jefferson Orejuela, Luis Caicedo, Arturo Mina, Jonathan González, Fernando Guerrero, Dixon Arroyo, Bryan Cabezas, José Angulo, Daniel Angulo, solo algunos de los nombres importantes que empezaron a surgir de esta renovación natural.

▶Lea también: Las cinco claves del éxito del Independiente del Valle

En 2016 llegaron a la final de Copa Libertadores, pero su fútbol conservador sostuvo la teoría de que habían detalles por mejorar para consolidar un triunfo de esta categoría, pero el camino era el correcto.

A diferencia de aquel 2016, la obtención de la Copa Sudamericana es lograda con una nueva identidad y un fútbol protagonista. La idea de juego del español, Miguel Ángel Ramírez, le dio una merecida Copa a los del Valle. Este equipo, que además le da futbolistas a todas las selecciones de Ecuador, dejó de ser un chico para ser un gigante del país.

Johnny Uchuari

Exjugador de Independiente

En tres años ganaron experiencia y llegaron a esta Sudamericana con la mentalidad de que sí tenían chance. No es una casualidad.