El elenco ecuatoriano llega a este duelo con la experiencia de haber disputado ya una final continental, la Libertadores de 2016.

Independiente, por la gloria

El equipo del Valle mide hoy al Colón de Santa Fe, de Argentina, en la final de la Copa Sudamericana.

Independiente del Valle y Colón de Argentina buscarán hoy (15:30) escribir su nombre en la historia de la Copa Sudamericana, que por vez primera libra su final a partido único, en Asunción, Paraguay.

Los dos conjuntos tratarán de lograr su primer y codiciado trofeo internacional en el estadio General Pablo Rojas, del club Cerro Porteño, que tiene un aforo para más de 40.000 espectadores.

El elenco ecuatoriano llega a este duelo con la experiencia de haber disputado ya una final continental, la Libertadores de 2016, en la que cayó derrotado a doble partido contra el Atlético Nacional, de Colombia.

Su entrenador, el español Miguel Ángel Ramírez, contará con el plantel que ha llegado a la final, aunque el extremo derecho Ángelo Preciado comenzará previsiblemente en la banca de suplentes, afectado por la fractura del quinto metatarsiano del pie que sufrió en semifinales.

“No esperaremos a nadie. Vamos a salir y proponer nuestro juego. Queremos ser protagonistas tanto en defensa como en ataque”, advirtió en estos días el estratega español.

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Ramírez acotó que la experiencia de haber jugado la final de la Libertadores en 2016 le da un plus al club ecuatoriano. “Llegamos con un poco más de madurez. La experiencia de haber protagonizado una final internacional es un aprendizaje. Vamos a ver qué pasa”, dijo.

En Independiente también está llamado a destacar el delantero panameño Gabriel Torres, cuyos goles fueron imprescindibles para que los rayados lograran sellar el pase en las semifinales contra el Corinthians brasileño.

A destacar la presencia del central Cristian Pellerano, quien a sus 37 años es uno de los motores del equipo y aporta la templanza de haber ganado una Sudamericana en 2010, con el Independiente argentino.

Para el equipo de Colón de Santa Fe se trata de la primera final que alcanza en sus 114 años de historia, un aliciente extra para los miles de aficionados argentinos que monopolizarán las gradas del estadio, debido a la frontera terrestre compartida con Paraguay.

Horacio Darrás, directivo de Colón, aseguró que su único objetivo en esta final es levantar la copa, más no los $ 4 millones que serán entregados al campeón del torneo.

“No venimos por dinero, venimos por la gloria”, expresó con convicción el dirigente argentino.

El entrenador Pablo Lavallén dijo que pasaron 40 días desde la semifinal y que “fueron días de mucha ansiedad, muchas noches durmiendo con el partido final en la cabeza. Llegó la hora y habrá que afrontarlo”.

La final a partido único de la Copa Sudamericana en una sede neutral debía jugarse en Lima, pero la crisis dirigencial que sacudió en su momento a la Federación peruana forzó el traslado del compromiso a Asunción, donde se asienta la Conmebol.

En caso de empate en tiempo normal, se recurrirá a un alargue de 30 minutos dividido en dos periodos de 15 minutos cada uno. Si al término de la prórroga persiste la paridad, el título se definirá por penales.