Frío Ecuador
La corriente de Humboldt se manifiesta con mayor fuerza durante el verano ecuatorianoCANVA

Impacto del fenómeno de la corriente fría de Humboldt en el clima de Ecuador

La corriente fría de Humboldt produce temperaturas frías en ciertas épocas del año

La corriente fría de Humboldt es uno de los factores más determinantes en el clima y la biodiversidad marina del Ecuador. Su influencia se extiende desde la costa continental hasta las Islas Galápagos, moldeando estaciones, afectando la pesca y condicionando la respuesta del país ante fenómenos como El Niño y La Niña. Jonathan Cedeño, coordinador de la carrera de Oceanografía de la ESPOL, explica cómo este sistema oceánico impacta directamente en la vida cotidiana y económica del país.

Un verano más seco y frío: el sello de Humboldt

La corriente de Humboldt se manifiesta con mayor fuerza durante el verano ecuatoriano, entre junio y noviembre, especialmente en los meses de agosto y septiembre. En ese periodo, su presencia provoca un descenso notable en la temperatura ambiente, la temperatura superficial del mar y la cantidad de precipitaciones en la región costera.

“Su mayor intensidad se observa en los meses de agosto y septiembre. Humboldt promueve condiciones de estabilidad atmosférica, lo que se traduce en el desarrollo de la estación seca”, señala Cedeño. Este patrón convierte al verano en una temporada más fresca y menos lluviosa, contrastando con el invierno húmedo y cálido que predomina cuando la corriente pierde fuerza.

De la costa a Galápagos: un sistema interconectado

Las zonas más afectadas por la corriente de Humboldt son el Litoral ecuatoriano y el archipiélago de Galápagos. Sin embargo, en las islas, la corriente predominante es la Ecuatorial del Sur, también fría, pero impulsada por el mismo sistema de vientos: los Alisios del Sudeste.

“El Pacífico entre la costa y Galápagos es un área de transición entre ambas corrientes”, explica el oceanógrafo, lo que genera una dinámica compleja de interacción entre masas de agua y sistemas atmosféricos. Este sistema interconectado no solo influye en el clima, sino también en la distribución de nutrientes y especies marinas, lo que tiene implicaciones directas en la pesca y la conservación.

Guayaquil
La corriente de Humboldt se manifiesta con mayor fuerza durante el verano ecuatoriano,CANVA

Humboldt frente a El Niño y La Niña: una relación de fuerza y vulnerabilidad

La corriente de Humboldt no opera en aislamiento. Su comportamiento está estrechamente ligado a los eventos de El Niño y La Niña, que alteran los patrones climáticos globales. Durante El Niño, los vientos Alisios del Sudeste se debilitan, lo que reduce la fuerza de Humboldt y eleva la temperatura del mar. En cambio, durante La Niña, esos vientos se intensifican, fortaleciendo la corriente y enfriando las aguas.

“Cabe destacar que no todos los eventos El Niño son iguales”, advierte Cedeño. “Si el evento es extraordinario, como en 1982-83 o 1997-98, los cambios en la atmósfera y océano son más profundos y por varios meses”. En eventos moderados, como el de 1991-92, los impactos pueden ser menos intensos o más breves. Esta variabilidad complica la planificación climática y pesquera, y exige una vigilancia constante de los sistemas oceánicos.

Además, el cambio climático ha intensificado la variabilidad de los afloramientos costeros, procesos clave para la productividad marina. “Esto afecta el aporte de nutrientes crucial para la productividad marina”, señala Cedeño, lo que puede alterar los equilibrios ecológicos y económicos del país.

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Biodiversidad y pesca: oportunidades y desafíos

La corriente de Humboldt transporta aguas frías ricas en nutrientes como nitrato, fosfato y silicato, lo que estimula el crecimiento de fitoplancton y zooplancton. Esta base de la cadena trófica favorece la pesca de especies pelágicas pequeñas como la anchoveta y la macarela, especialmente en zonas como el Golfo de Guayaquil y desde Manabí centro-sur hasta El Oro.

“Humboldt promueve la productividad del océano”, afirma Cedeño. Esta riqueza representa una oportunidad económica significativa: la pesquería de pelágicos pequeños genera 235 millones de dólares en exportaciones y 24 mil empleos, según datos de 2021.

Sin embargo, esta abundancia también enfrenta amenazas. “Aunque el cambio climático es una de sus amenazas, también lo es la sobrepesca”, advierte. Por ello, se han implementado medidas como vedas reproductivas, proyectos de mejora pesquera (FIP) y alianzas con organizaciones como The Nature Conservancy para promover buenas prácticas.

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