El IESS: de prestamista a deudor

Todos los entendidos y estudiosos, así como los gremios de los afiliados al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), han reaccionado con asombro, perplejidad y con inquietud respecto a la situación financiera, estabilidad y viabilidad económica de este organismo creado para servir a los empleados y trabajadores, que por sus aportes deben ser reconocidos como sus únicos propietarios.

La nueva situación se resume en una frase dicha por los afiliados y quienes lo han dirigido en el pasado. Sostienen que “al IESS lo han hecho pasar de una institución solvente, económica y financiera, que prestaba a empresas privadas y a gobiernos, a una deudora y en condiciones de peligro hacia el futuro”. Por eso preguntan: ¿qué pasa financieramente en realidad con los fondos del IESS?

La pregunta no es casual ni de mala intención. Es normal que los afiliados la hagan, pues resulta incomprensible que el IESS, que ha venido exhibiendo en años anteriores un superávit, lo cual le permitió prestar a diferentes agentes económicos, tenga ahora que, llevado por sus actuales directivos, acudir a préstamos externos porque no tiene los recursos para financiar sus obras.

La gran mayoría de afiliados expresan que la situación financiera del IESS “no debe ser buena” para que se haya acudido a este “particular” endeudamiento externo que comprometen fondos futuros. Incluso afirman que sin sus aportes el IESS no fuera lo que es. Además dicen que sin “los políticos” esa institución no habría sufrido avatares, procesos graves y críticos en los que ha sido puesta en peligro por intereses partidistas, ajenos a los de los afiliados.

Algunos anteriores funcionarios del IESS, en conocimiento de lo que esta institución es, de su real capacidad financiera, del manejo de sus fondos, sus datos actuariales, los sectores a los que atiende y sus proyecciones, han señalado que es la primera vez en la historia de ella que se presenta este hecho “muy particular”. Por eso dicen que algo debe pasar en la economía del IESS para que se haya llegado a esta situación. Lo cierto es que los afiliados, que con sus aportes lo financian y sostienen, y como únicos y verdaderos propietarios, son los más interesados en conocer, con transparencia y objetividad, qué es lo que realmente sucede con esta institución.