Pleno. Gabriela Rivadeneira (d), Rosana Alvarado y Marcela Aguiñaga (i).

El ideal de mujeres al poder se quedo corto

El trabajo de las tres autoridades de la Asamblea Nacional se juzga por la cantidad y la calidad.

El trabajo de las tres autoridades de la Asamblea Nacional se juzga por la cantidad y la calidad.

El oficialismo y la oposición echan números para evaluar a las tres jóvenes mujeres que llevan a cuestas el liderazgo en el Legislativo: Gabriela Rivadeneira, presidenta; junto a Marcela Aguiñaga y Rosana Alvarado, ambas vicepresidentas.

Bajo su dirección se han aprobado más de 72 leyes económicas, sociales y políticas desde que se inició su gestión, en 2013. También se prevé votar por otras diez hasta finalizar su mandato, en mayo de 2017.

Esas cifras, sin embargo, no parecen impresionar a la oposición o a la ciudadanía. Lo dicen las encuestas.

Según Cedatos, la aprobación a la gestión de la titular del Parlamento es del 26 % y la credibilidad a su palabra es del 24 %. Esta encuesta se hizo en agosto de 2016 en 15 ciudades y a un universo de 2.122 personas de 16 años o más.

¿El resultado? Es que la repetición del cargo quede en el aire. Según fuentes de PAIS, Rivadeneira no está primera en la lista de candidatos nacionales, sino “en sexto lugar e incluso la propuesta es que sea legisladora provincial”.

Aunque el bloque mayoritario cree que ha trabajado “bien y responsablemente” con la agenda legislativa trazada.

“La historia juzgará su trascendencia. No se han dado golpizas ni ofensas graves. Hay que comparar con otros períodos legislativos y mirar cuántas leyes han aprobado”, señaló Gastón Gagliardo, de PAIS.

No obstante, otros aseguran que las tres no fueron las protagonistas en su cancha. “Se subordinaron a los pedidos del presidente de la República”, dijo Ricardo Moncayo, de CREO.

En el tema de igualdad de género, la presidenta y las dos vicepresidentas han marcado un hito: por primera vez se nombró a mujeres para dirigir la Asamblea. “Eso es un referente en la historia del país. No solo por cumplir con los temas de paridad, sino por la votación interna que designó a estas tres mujeres en medio de una mayoría de hombres”, argumentó Liliana Guzmán, de las filas de PAIS.

Pero los académicos opinan que eso es un barniz. “Crearon expectativa y una sensación de pluralismo. Sin embargo, no han liderado un proceso real de equidad salarial, ni lograron votar a favor del aborto en casos de violación”, dijo Gabriel Hidalgo, docente de la Universidad de las Américas.

Coincide con él Germán Rodas, profesor de la Universidad Andina: “Perdieron la posibilidad de construir un espacio propio. Son parlantes de los intereses hegemónicos de su movimiento y en esa perspectiva impidieron la fiscalización”.