Para algunos, el día de rebajas puede ser buen momento para obtener un artículo necesario, o darse un pequeño capricho a un precio realmente aceptable. Pero para otros, hipnotizados con una hábil propaganda, es la tentación que les hace perder el pequeño colchón de seguridad para imprevistos, a la larga muy previsibles, o incluso para endeudarse innecesariamente. Para estos últimos, sobre todo, el Black Friday es tan Viernes Negro como la piedra negra que empleaban los griegos, en vez de una blanca, para votar la esclavitud por deudas o la muerte de un ciudadano; incluso es un gol en propia puerta. Alerta, pues, porque ahorrar es libertad.

Fermín Espinosa Romero

Madrid, España