Los hermosos y temibles gusanos que llegan al campo solo por temporada

Unos tienen un aspecto impresionante: texturas, colores y apariencias únicas que embellecen la vida del campo. Otros no tanto.

Muchos agricultores no conocen sus nombres científicos. Para ellos son simplemente “gusanos” o “pachones”, pero les temen no solo porque, algunos, cuando actúan en enjambres pueden comerse las hojas de una planta en uno o dos días, sino que una de sus coloridas antenas peludas pueden causar dolor y hasta fiebre si estas apenas rozan el cuerpo humano.

Algunos de estos insectos aparecen solo uno o dos días en invierno o en verano y les apetecen las hojas de guanábana y en ocasiones las de la pepa de oro: cacao. No son difíciles de controlar con algún insecticida, por lo tanto, no generan pérdidas mayores a los agricultores, pero sí temor.

“Solo es una sorpresa verlos, porque son coloridos y tienen un aspecto curioso; no sabemos cómo llegan o si dejan sus huevos bajo la tierra en hibernación; lo cierto es que este año aparecieron en marzo en las plantas de guanábana, especialmente”, expresa Francisco Núñez Macilla.

El sábado pasado su piel tostada la rozó apenas uno de ellos. Uno de un verde opaco y de patas rojizas. Le hizo unas pequeñas ronchas en un pequeño perímetro del hombro, de dos centímetros. “Los pachones suelen causar mucho más dolor”.

Los gusanos, o lagartas en términos brasileños, son los más dañinos, y afectan al maíz, uno de los cultivos de mayor hectareaje en el país, después del cacao y el arroz. Se trata del cogollero, que puede devastar una plantación entera como ocurrió en el año 2016 en zonas de Manabí. Allí, por un manejo de los campesinos, afectó la producción de cientos de hectáreas, al punto de que el Gobierno debió intervenir.

En el tomate también el impacto de la familia de los gusanos verdosos suelen causar enormes pérdidas a nivel mundial, según la literatura existente.

Se camuflan por su color verde muy similar a las pálidas hojas de esta hortaliza reduciendo las cosechas. Se confunden también con sus tallos de las plantas.

Es decir, pueden pasar inadvertidos al ocultarse fácilmente en las plantas durante el día, según el portal internacional Gardentech.

El ingeniero Saúl Mestanza, director de la estación del Iniap -Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias- en Boliche, señala que existen insecticidas biológicos selectivos, cuyo ingrediente activo es el bacillus thuringiensis subesp kurstaki (cepa ABTS-351), y atacan por ingestión.

Estos controlan las larvas de algunas plagas.

Algunas variedades de estos animales suelen alimentarse abiertamente al atardecer, al amanecer o durante la noche. Las heces fecales grandes y negras que dejan en las hojas y en la tierra también permiten encontrar dónde se ocultan. Algunos de estos gusanos se exponen a sí mismos cuando rocían vigorosamente las hojas con una manguera. Pero pocos agricultores saben eso. Muchas veces solo se logran observar cuando las hojas están comidas. Las hojas de aguacate también son un manjar para esos gusanos, que se suben hasta las ramas superiores que recién se han formado y cuyo follaje está blando.

Una de las conocidas en los manglares, cuyas hojas se parecen a las de guanábana, se las llama oruga automeris, que es un género de mariposas nocturnas de la familia de los satúrnidos, subfamilia Hemileucinae. Son de hábitos nocturnos, pero se sienten atraídas por la luz. Carecen de aparatos bucales como adultos y no se alimentan.

Una de sus características principales son las manchas en las alas posteriores con aspecto de ojos, llamadas ocelos, que advierten a los depredadores que se trata de una polilla peligrosa, no comestible.

Mientras está en reposo se asemeja a una hoja, pasando desapercibida entre sus depredadores o las personas. Cuando un depredador se acerca para devorarla, al tocarla abre sus alas anteriores, exponiendo los ocelos para ahuyentarlos.

Según expertos internacionales existen más de 125 especies de automeris, aunque Wikipedia dice que son 135. Para distinguir la diferencia entre especies, en ocasiones hay que contar el número de cabellos en una parte del cuerpo o algún otro detalle, como el color o las patas.

Las avispas suelen parasitar las orugas: les “inyectan” sus huevos en los cuerpos blandos de estas, donde las crías de avispa se alimentan y eventualmente matan a sus anfitriones. A esas avispas se las llama parasitoides y se usan en el cultivo de caña de azúcar para controlas al gusano barrenador del tallo o diatraea.

Otros insectos raros son los escarabajos que existen en muchas zonas de la costa de Ecuador y que afectan al follaje.