El convenio más importante hasta el momento es el firmado entre Latam Airlines y el Ministerio de Turismo.

Hay una esperanza para abaratar los pasajes aereos

La crisis del mercado aéreo, apaleado en estos últimos meses por una escasa oferta de aviones y un excesivo incremento de precios (con pasajes que llegan hasta $ 400 en la ruta Guayaquil a Quito), vislumbra una solución que podría resultar de acuerdos

La crisis del mercado aéreo, apaleado en estos últimos meses por una escasa oferta de aviones y un excesivo incremento de precios (con pasajes que llegan hasta $ 400 en la ruta Guayaquil a Quito), vislumbra una solución que podría resultar de acuerdos entre aerolíneas y el Gobierno. No obstante, la inversión en el incremento de rutas y consecuente abaratamiento de costos está supeditada a las facilidades que las autoridades ofrezcan para que estas puedan acceder a nuevos nichos de mercados como Galápagos.

El convenio más importante hasta el momento es el firmado entre Latam Airlines y el Ministerio de Turismo. Esta aerolínea invertirá $ 60 millones para incorporar un nuevo avión a su flota: un Airbus 319, que a partir de diciembre prevé incrementar en un 34 % la oferta de asientos en vuelos que van desde Guayaquil hasta Quito; y un 70 % en la ruta Quito-Cuenca.

Es una solución que difícilmente podría darse antes, aclara a EXPRESO Manuel Van Oordt, director ejecutivo, porque la industria aérea requiere de planificación. Más si se precisa cubrir la alta demanda que viene originando el debilitamiento de Tame, una aerolínea pública que por problemas de rentabilidad opera con casi la mitad de su flota (8 aviones).

En el mercado, 184 vuelos semanales de tres firmas aéreas tratan de cubrir la ruta Guayaquil-Quito, el plan de Latam haría posible el incremento de hasta 15 vuelos a la semana, unos 2.200 asientos que hoy requiere el mercado. En el caso de Cuenca, los cupos adicionales llegarían a los 1.200 asientos.

Van Oordt admite que el plan -ambicioso por el tamaño de su inversión y por el tiempo en que se lo espera ejecutar- compromete a la empresa; no obstante , sostiene que este va de la mano también del compromiso del Gobierno por facilitarles nuevos accesos a Galápagos. “Para mí esto es un ejemplo claro de una alianza público-privada: estamos invirtiendo en conectividad, pero evidentemente lo que queremos es poder crecer en rutas... Estamos pidiendo a las autoridades que nos permitan tener más frecuencias hacia Galápagos, donde también hay un problema de cobertura”. La meta, dice, es elevar un 30 % la cantidad de vuelos a ese destino.

Un convenio parecido ha suscrito Avianca, una aerolínea que tiene un 20 % de participación en la ruta Quito-Guayaquil-Quito. David Alemán, director general de la firma en Ecuador, habla del pacto que han hecho junto al Ministerio de Turismo para apoyar la campaña “Conozcámonos Mejor”, que busca incentivar un mayor turismo interno. En el marco de esto, señala, se trabaja en la innovación de la oferta para generar más ventajas al consumidor que, promete, se darán a conocer en la próxima feria turística que el Ministerio planifica. Pone como ejemplo la “chequera corporativa”, un producto que irá enfocado al cliente que viaja por negocios y que puede acceder a beneficios propios de sus necesidades.

Cubrir este segmento de mercado es sumamente importante, dicen empresarios como Mario Aguirre. Pues los costos de los vuelos en algunos casos resta competitividad a sus negocios. Como importador de zapatos, dice, viaja en avión hasta 8 veces al mes. Eso, aun comprando con anticipación, le representa desembolsar un promedio de $ 1.600.

Los ejecutivos de Tame, en medio de los problemas graves por resolver, están conscientes de los vacíos que deja el servicio que prestan. Por ello, dicen, se sigue negociando con firmas europeas el costo del alquiler de dos aviones; esto, hasta que en mes y medio Tame pueda incorporar un avión más a su flota.

Se espera que estas medidas generen un real efecto a fines de diciembre; sin embargo los actores de este mercado reconocen que se debe pensar en planes a mediano y largo plazo. Aún, dicen, hay que trabajar en cómo mejorar los precios. Actualmente, sostiene Van Oordt, el 57 % del costo de un pasaje responde al pago de tasas e impuesto que se deben pagar en aeropuertos.