La verdad os hara libres

El recuerdo del rabí de Galilea conmueve el espíritu cristiano del mundo. Ello debería llevar a la práctica de lo que, en síntesis, mejor lo define: el amor al prójimo. (Aquel que dice que ama a Dios, a quien no ve, y no ama a su prójimo, es un mentiroso.) Lamentablemente, el miedo, destilando ignorancia, sigue generando odio. Los fanatismos de diversa inspiración continúan derramando sangre. Recientemente, fue la sangre de cristianos coptos.

Los conflictos, tradicionalmente generados por motivaciones político-económicas derivaron en motivaciones étnico-religiosas y ahora ocurren por una mezcla fatídica de todo ello. Se cruzan los intereses vinculados al dinero con los prejuicios raciales, las visiones ideológicas con las diversas maneras de sentir la fe.

Acá, entre nosotros, el asunto sigue siendo la dificultad de conjugar cristianismo y libertades. Por eso me permito recordar aquello de “la verdad os hará libres”. Y la verdad es que hace un buen tiempo, demasiado tiempo, se nos viene escamoteando la verdad. Lo malo es que lo hemos permitido por diversas razones que ahora no vienen al caso y ello ha terminado dejándonos sin libertades. Se toleró, como problema ajeno al conjunto de la sociedad ecuatoriana, las violaciones a la libertad de expresión. Se olvidó que la de expresión es la libertad de las libertades. Sin libertad de expresión no hay libertades. Se toleró, como problema exclusivo de la comunidad educativa, ataques a la autonomía universitaria que había sido sometida a grandes e inadmisibles abusos pero, a nombre de restaurarla se la violentó al gusto. Igual ocurrió con los derechos sindicales y los de los movimientos sociales y hasta las libertades más íntimas.

Ahora, cuando algunos con sana ingenuidad supusieron que de la dictadura se podría salir por vía electoral, todos estamos pagando las consecuencias. Olvidaron, aunque no faltó el recuerdo de Jefferson, que el árbol de la libertad se riega con sangre de patriotas y tiranos, que ese es su abono natural.

De momento, estamos buscando la verdad en las calles para intentar recuperar las libertades. Ojalá.