La guerra en Siria

La guerra siria comenzó en 2011 con protestas antigubernamentales. Con apoyo gradual de potencias regionales y mundiales a lado y lado, derivó en un devastador conflicto, especialmente desde que EE.UU., que empezó apoyando a los rebeldes sirios, pasó a liderar la coalición que intenta derrocar al presidente Bashar al Asad. Este cuenta con el apoyo militar de Rusia y el soporte de Irán. El conflicto ha costado la vida de 320.000 personas y causado millones de desplazados, quizá el contingente más numeroso de migrantes y refugiados; hoy por hoy el problema más serio y doloroso que afronta Europa. Pero lo más grave es que el guerrerismo del Pentágono, servido a la medida por el arrogante comportamiento del presidente Trump, parece buscar una excusa para justificar una descarada agresión contra Siria y Al Asad. Un comunicado de prensa de la Casa Blanca denuncia que Al Asad estaría preparando un ataque con armas químicas tras detectar “una actividad sospechosa” en la misma base aérea desde donde el 4 de abril se lanzó un presunto ataque similar, luego del cual Trump lanzó como represalia 59 misiles (la primera intervención armada directa de EE. UU. contra el régimen de Damasco). Más grave aún: Nikki Haley, embajadora de EE.UU. ante NN. UU., después del comunicado de la Casa Blanca, dijo por Twitter: “Cualquier nuevo atentado contra la población siria será atribuido a Asad, pero también a Rusia y a Irán, que lo han ayudado a matar a su propio pueblo”. Es decir, Irán sigue estando en la mira del Gran Devastador, al que no le ha bastado destruir las hasta hace poco florecientes comunidades políticas de Irak y Libia; sigue mirando a la civilización iraní de acuerdo a sus propios fines.

EE. UU. y Rusia acordaron un alto al fuego en el suroeste de Siria desde el domingo pasado, y establecer una zona de “desescalada” para dar tregua en los cruentos combates. Pero, ¿hasta cuándo va a durar esta guerra? Para los reales intereses del Oriente Medio árabe, ¿quién es peor enemigo: los yihadistas del Estado Islámico o el desaforado intervencionismo de EE. UU.? Por ventaja el mundo sigue siendo multipolar, y Rusia con su poder militar equilibra de algún modo la balanza de la paz y de la guerra.