Guayaquil, una ciudad que empuja a sus habitantes a superarse siempre

Muchos son los problemas que aquejan a nuestra urbe porteña, asaltos y robos, que conminó a salir a las Fuerzas Armadas a las calles para brindar seguridad a la ciudadanía que clama por resguardo; accidentes de tránsito que obligaron a la ATM a incrementar los radares para evitar muertes en las vías y bajar el índice de siniestros; y qué decir de esos desalmados traficantes de droga que muchas veces persiguen a nuestros niños y jóvenes para hacerlos caer en sus garras.

Pero a pesar de tanta tragedia esta es una ciudad que acoge a propios y extraños, que brinda oportunidades, que no oculta su desdicha, pero lucha por sus hijos como una madre defendiendo a sus pequeños, que no agacha la cabeza de vergüenza sino que levanta su mirada y empuja a quienes en ella habitan a salir adelante.

Llegó el mes de julio y el espíritu de un pueblo se llena de fervor, ya han pasado 482 años de fundación, Guayaquil pasó por el fuego, y el fuego no la detuvo, paso por epidemias que diezmaron casi a la mitad su población y lloro sus muertos pero avanzó para levantarse y extenderse desde el cerrito verde hasta el estero, y luego hacia el norte y de ahí a los 4 puntos cardinales llenando de grandeza y gloria todo un país y no solo se quedó ahí pues llego al mundo con los brazos abiertos como motor de la economía nacional desde puertos y aeropuertos enlazando a nuestros hermanos.

Manuel Maila López