Guayaquil se bloquea ante la marcha indigena
Declaración. El gobernador Duart informó que la fuerza pública logró desviar a manifestantes indígenas que pretendían llegar a Guayaquil.
Vuelve la convulsión a Guayaquil. Luego de que el pasado 3 de octubre, la ciudad mostrara su peor lado con los saqueos y desmanes protagonizados por determinados grupos de ciudadanos, ayer volvió la tensión en el Puerto Principal. Su principal y céntrica arteria vial, la avenida 9 de Octubre, se convirtió en un campo de batalla entre la Policía Nacional y manifestantes, quienes protestaron en contra de las medidas económicas del presidente Lenín Moreno, sobre todo por la eliminación del subsidio a la gasolina extra y el diésel.
La manifestación empezó como un cacerolazo convocado por el Frente Unitario de Trabajadores y gremios afines, entre ellos la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador y otros frentes sociales y laborales. Caminaron por la avenida 9 de Octubre, cuando fueron reprimidos por la fuerza pública con gases lacrimógenos. Se dispersaron en pequeños grupos que siguieron protestando en la concurrida avenida. Los locales comerciales de la arteria tuvieron que adelantar el cierre de sus puertas para resguardar sus bienes y empleados.
Un nutrido número de manifestantes encontró resguardo en la plaza San Francisco, donde intentaron en un par de ocasiones quemar basura, lo que fue impedido por los policías. Lo lograron en una tercera ocasión, cerrando la avenida a la altura de la calle Córdova, solo por unos minutos hasta que regresó el contingente policial con gas lacrimógeno y apagar el fuego.
Jean Carlos Intriago, dirigente de la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador, filial Guayas, cuestionó las decisiones económicas del Ejecutivo porque, a su criterio, afectarán los presupuestos de sus familias. “Dependemos de nuestros padres y ellos son los que asumen el gasto de transporte y eso hace que la economía de nuestros hogares se debilite”.
EXPRESO, durante la manifestación, logró observar la detención de dos personas, pero se conoce que fueron cinco o más. Hasta antes de las 22:00 de ayer, la tensión bajó. Los manifestantes estaban concentrados en la calle Córdova, mientras que la Policía a una cuadra de distancia, en la calle Pedro Carbo. Los primeros seguían gritando consignas contra el presidente, y los segundos aguardaban por si la tensión aumentaba.
Mientras todo esto sucedía, más de 20 volquetas cargadas de material pétreo, ubicadas en los extremos del puente de la Unidad Nacional (viaducto que une a Guayaquil con el resto del país) y demás vías de ingreso a la ciudad, sorprendieron a decenas de personas, la tarde y noche de ayer.
Andrés Roche, gerente de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM), informó a EXPRESO que el cierre obedeció por disposición de la alcaldesa Cynthia Viteri, como una medida de seguridad. Por su parte, el gobernador del Guayas, Pedro Pablo Duart, dijo que el amurallamiento fue acordado por el Gobierno central y el Municipio de Guayaquil para proteger a la ciudad de las amenazas del caos.
Sin embargo, la impaciencia se apoderó de las personas, en su mayoría trabajadores, que se dirigían hacia sus hogares, ya sea a Durán y Samborondón. La marea humana no tuvo otra opción que atravesar el puente caminando, pero estos se encontraron con otro bloqueo.
A la terminación del viaducto que comunica con la vía principal de Durán, decenas de personas se tomaron la arteria con la quema de llantas, palos y al unísono grito de ¡viva el paro!, los manifestantes expresaron que la protesta se ejecutó contra el Gobierno y atacaron a los pocos vehículos que estaban en el lugar. Ante la emergencia fue necesaria la asistencia de personal de la Unidad de Mantenimiento del Orden y de las Fuerzas Armadas.
Pasadas las 21:00, se reportaron varios intentos de saqueos en los locales comerciales cercanos. Los actos obligaron a los uniformados a enfrentarse con los protestantes. El escenario se convirtió en un campo de batalla, como si fuese una película.
Una nube gris producto de la quema de neumáticos y el gas pimienta, esparcido por los agentes para mitigar a los enfurecidos manifestantes, acompañó al conflicto, que duró hasta el cierre de esta edición.
“El sátrapa de Maduro activó con Correa su plan”
Con una simbólica escenografía, rodeado de la cúpula de las Fuerzas Armadas, de su ministro de Defensa y de su vicepresidente, Lenín Moreno compareció anoche en televisión nacional para informar que había trasladado el Gobierno de Quito a Guayaquil, amparado en el estado de excepción, ante la presión de la marcha indígena.
“¿Acaso creen ustedes que es coincidencia que Correa, Virgilio Hernández, Patiño, Pabón... hayan viajado al mismo tiempo hace pocas semanas a Venezuela? El sátrapa de Maduro ha activado junto con Correa su plan de desestabilización. Son los corruptos que han sentido los pasos de la justicia cercándolos para que respondan; ellos son quienes están detrás de este intento de golpe de Estado y están usando e instrumentalizando algunos sectores indígenas; aprovechando su movilización para saquear y destruir a su paso. Es con los recursos que se robaron que están financiando las agresiones y los saqueos, son ellos los que no quieren la institucionalidad democrática; no quieren que ella siga firme. Como demócrata rechazo con contundencia ese atentado contra la democracia”, acusó ayer el presidente Lenín Moreno.
“Que no se defina el pasaje perjudica directamente a la ciudadanía”
La alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, ratificó su posición de abstenerse de fijar una nueva tarifa para el transporte público. “No es a nosotros (Municipio) a los que nos compete asumir las consecuencias de una decisión que no tomamos”, declaró la mañana de ayer en una sesión extraordinaria del Concejo.
Como ya lo había anunciado el pasado sábado, insistió en que en este caso (estado de excepción) el artículo 157 del Código Orgánico de Ordenamiento Territorial (Cootad) faculta al Gobierno Central a fijar las tarifas del transporte intracantonal, a pesar de ser competencia municipal.
Para Patricia Mendoza, coordinadora zonal 8 de la Defensoría del Pueblo, los únicos desfavorecidos son quienes usan este servicio, pues están a merced de la especulación. Además, recordó que quien se sienta perjudicado por el cobro indebido de pasajes puede denunciarlo.
“Que Guayaquil no defina el pasaje perjudica directamente a la ciudadanía. (...) El precio para grupos de atención prioritaria no ha variado y estaremos atentos de que esto se cumpla”, reiteró. En las calles ya hay medios de transporte que cobran 40 centavos en sus recorridos, a pesar de que Andrés Roche, gerente de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM), anunció el pasado domingo que ellos “no han autorizado ni van a autorizar el incremento de las tarifas del transporte urbano”. EXPRESO trató de comunicarse con él para conocer qué tipo de medidas se van a tomar para evitar la especulación en los precios, pero hasta el cierre de esta edición no contestó.
Para María Eloísa Velázquez, urbanista especialista en ambiente y gestión pública, hay que ser consecuentes cuando se asume una competencia. “Si no estamos de acuerdo y no queremos incrementar el valor del pasaje, también se puede tener otras alternativas. Los municipios tienen la competencia de transporte, por eso cada uno debe tener su política de transporte que estimule el aparato productivo”, explicó. GRB