Río Daule. La primera acción es la instalación de una red de monitoreo.

El Gobierno se suma al plan para preservar el rio Daule

Ministros y entidades acogen un proyecto regional para la conservación de la cuenca hidrográfica. La primera acción es la instalación de una red de monitoreo.

José Luis Santos, gerente general de la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Emapag-EP), fue el encargado de presentar ayer el plan de conservación de la cuenca del río Daule a representantes de empresas privadas, ministerios de Ambiente, Agricultura, Agua y GAD de cantones ribereños del Daule.

Xavier Lazo, ministro de Agricultura y Ganadería, celebró la creación de este plan que tiene como objetivo el mejoramiento de la calidad de vida de las poblaciones de la cuenca de este afluente, así como también la formación de una conciencia ambiental sobre el agua, seguridad alimentaria y la disponibilidad de agua de buena calidad para Guayaquil y los cantones atravesados por el río Daule.

“Festejo esta iniciativa. Creo que es algo que debió empezar hace mucho tiempo, pero nunca es tarde. Este proyecto nos pone de cara al futuro, en el que, si no se tiene una planificación y los recursos para enfrentarlo realmente, nos puede llegar a destrozar”, mencionó Lazo.

El primer paso de este proyecto se dio en 2015 con la firma de una carta y la constitución de un fondo. En 2016 se llevó a cabo la firma de un contrato y estudios del plan de conservación con la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. Finalmente, en junio de este año se presentó el plan al Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). Y ayer dicho plan se presentó con las observaciones y recomendaciones que hizo la entidad financiera.

“Este es un proyecto que tomará un largo tiempo. Ya hemos tenido logros importantes, y este es uno más”, indicó Andrés Mendoza, presidente de Emapag

Desde el Cabildo porteño, la responsabilidad de este departamento es velar por la gestión técnica de este proyecto, de acuerdo con Bolívar Coloma, director de Ambiente del Cabildo. “Nosotros somos aportantes en el comportamiento y validación de lo que se está haciendo. Esperamos que este plan sirva como referente para otros municipios y para replicar este modelo de gestión”, señaló.

Entre los productos que se entregó a los representantes de las diferentes instituciones privadas y estatales estuvo el diagnóstico situacional, que muestra la problemática de la cuenca; el diseño del plan de conservación; el plan de acción; la propuesta de financiamiento y los programas de socialización.

Dentro del plan de acción resaltan siete puntos, que tienen una proyección hasta 2030, como se observa en la gráfica. Asimismo, la inversión total del plan de conservación de la cuenca hidrográfica será de 106’000.000 de dólares.

La primera acción que se tomará dentro del plan es el mejoramiento y control continuo de la calidad del agua del río Daule, pues se tiene previsto el establecimiento de un Sistema Automático de Información de la Calidad del Agua (Saica), una red de monitoreo que controlará la contaminación ambiental emitiendo alarmas al sistema central en “tiempo real”, de acuerdo con Frédéric Certain, gerente general de Interagua. Este plan se divide en tres fases. La primera tendrá un costo de $ 4’300.000.

En ese sentido, el principal financiador del proyecto será el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). Un financiamiento que se efectuará mediante la cooperación técnica ‘no reembolsable’. “Lo que queremos hacer es sumar más fondos privados”.

“El objetivo es tener un 40 % de fondos privados y un 60 % de fondos públicos”, aseguró Mendoza. Asimismo, indicó que una de las aportaciones locales se concretará mediante una contribución anual, que se planificará como un impuesto a través de los servicios básicos.

PROBLEMÁTICA

Factores a resolver en la cuenca

De acuerdo con la presentación del plan de manejo ambiental, impulsado por Emapag junto a The Nature of Conservancy (TNC) y empresas privadas que utilizan el agua como insumo, los problemas que se deben resolver en la cuenca del río Daule, que tiene una longitud de 330 km, son: las aguas residuales que se descargan sin tratamiento al río, malas prácticas agrícolas y ganaderas, erosión y sedimentación (lo que provoca alta turbiedad en el río).

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