Ya gano

En junio pasado escribí una columna frente al hipotético caso de que Trump ganara las elecciones; las ganó. Siendo Estados Unidos el mayor socio comercial de Ecuador no podemos ponernos a pensar ideológicamente, sino como piensan los Estados: los Estados tienen intereses.

Nuestro curso de acción depende de entender sus objetivos y acciones. Él ha estado esgrimiendo tres propósitos fundamentales: primero, generar empleo para la clase media-baja de la población y mejorar su nivel de compensación. Estimular a la clase media y media alta con una reducción en la presión fiscal, colocando más dinero en sus bolsillos. Segundo, modificar la prioridad de seguridad nacional, trasladando el tema de un ámbito entre Estados y colocándolo en un campo de guerra asimétrica con grupos extremistas (ISIS, Al Qaeda, etc.). Finalmente, redefinir el rol de su país en el contexto universal. La prioridad de nuestro país es mantener en marcha el sistema de pagos; para ello es esencial sostener el flujo de especies monetarias.

Siendo un país dolarizado, debemos tener cuidado para que el sistema funcione. Considerando que nuestras exportaciones no compiten con su producción nacional, existe menos vulnerabilidad. Donde realmente existe un riesgo es en la posibilidad de que se generen barreras comerciales hacia otros países que son nuestros socios, provocando una reducción de la capacidad de compra de estos hacia nosotros.

La personalidad y las posibles decisiones de Trump seguramente generarán una posición de rechazo en algunos países: sin duda el tema de Cuba será revisado; a Maduro no le tendrá tanta paciencia; Corea del Norte pensará dos veces antes de fanfarronear. En ese contexto, nuestro Gobierno debe tener muy claros sus objetivos frente a nuestros ciudadanos en el país y residentes en EE. UU., privilegiando las acciones de largo plazo y no las irritaciones del momento. Ecuador debe confiar en sí mismo, nadie nos ha ayudado nunca y nadie nos ayudará ahora.

Parafraseando al poeta: el águila posada en la rama no está segura por la fortaleza de la rama, sino por la agilidad de sus alas.

Twitter@PaulEPalacios