Pasatiempo. Abrigados, con ponchos y toallas, los turistas buscaron un entretenimiento como el juego de 40.

El frio dejo buenos ingresos a unos y desazon a otros

Hasta ayer, el tercer día del feriado, el clima hizo que pocos visitantes se atrevan a la aventura de meterse al agua.

A Playas, los turistas llegaron con abrigos y hasta con colchas. Hasta ayer, el tercer día del feriado, el clima hizo que pocos visitantes se atrevan a la aventura de meterse al agua. Hacía frío y esa temperatura fue un castigo para algunos comerciantes. “El sol no ha salido, el turista no consume bebidas ni alquila carpas”, se lamentó Luis Díaz, vendedor de agua y gaseosas.

Pero para otros, ese clima fue una bendición. Martha Quiñónez, que expende ceviches, bolones y corviches, coincidió con algunos de sus compañeros en que el frío “hace dar hambre”. Es así como para ellos el negocio en este feriado fue productivo.

Los turistas lo confirmaron. Alexandra Ortiz y Francisco Gonzales, al igual que Marisol Gordillo estaban sentados en la playa abrigados con toallas y ponchos y lo único en lo que pensaban era en los deliciosos platos de la zona. No querían bañarse porque el agua estaba helada, pero sus parientes que llegaron de Quito, Leonardo Villegas y su esposa Alexandra, sí entraron al mar. “No vamos a viajar tanto para no bañarnos”, dijeron entre bromas.

Muchos aprovecharon para jugar 40 y otros para disfrutar del vóley o de algún partido de fútbol. No faltaron los que arropados, se acostaron en la arena para relajarse, aprovechando que el sol no había hecho su aparición.

Ayer la cantidad de visitantes varió según el sector. La playa del centro estaba llena de turistas y tenía casi todos los parasoles ocupados, pero hacia el norte, por la zona del Humboldt estaba con pocos bañistas. Solo uno de los tres kilómetros del balneario lucía con movimiento. Wilson Yagual, un ingeniero de profesión que alquila carpas en la playa, esperaba que mejore el negocio, pero hasta la tarde no ocurrió.

Para el sector turístico, hasta ayer este fue un feriado tibio. Para hoy ya se espera desde la mañana el retorno de los turistas, que llegaron de todas partes del país.

Entre rimas y comparsas desfiló la Mama Negra

Al son de “lindo rincón de mi patria, tierrita linda donde nací”, Latacunga vivió ayer su fiesta mayor. Unas 500 mil personas se apostaron a lo largo de los cuatro kilómetros de recorrido de la Mama Negra.

Así una a una desfilaban las comparsas. El Ángel de la Estrella, uno de los personajes principales, fue el primero en hacer su aparición y se llevó los aplausos de quienes a su paso, con una gran reverencia, gritaban: “¡Viva Latacunga!”.

“Es la primera vez que vengo y no puedo decir más que esta es una fiesta muy encantadora”, dijo Gloria Mantilla, mientras un loero le dedicaba una de sus rimas.

La fiesta seguía y llegó el turno del Rey Moro, quien con un espectacular traje y un singular paso sobre su caballo blanco levantó el ánimo de la comunidad. De pronto, la gente empezó a abrir paso. Había llegado el ‘amante de la Mama Negra, el Capitán. Erguido, gallardo y galante aparecía en escena.

Pero los gritos de algarabía inundaron el ambiente cuando la Mama Negra empezó su paso. La emoción se desbordaba y no había una sola persona que a viva voz no gritase: “¡Viva Latacunga!”.

Un espectáculo en la playa Las Palmas

Los turistas que llegaron durante el feriado a la playa Las Palmas, en Esmeraldas, disfrutaron de un espectáculo único: el nacimiento de tortugas golfinas.

Los visitantes viven por estos días el momento en que las pequeñas tortugas dejan sus nidos para ir al mar.

El año pasado llegaron hasta este balneario de cinco kilómetros 74 tortugas que dejaron unas 90 crías.

Desde el 2014 existe un registro del anidamiento de estos reptiles y el Ministerio de Ambiente hace un seguimiento del proceso. Los visitantes pueden ver la eclosión de los huevos hasta diciembre. El Municipio de Esmeraldas promociona a través de sus redes sociales este espectáculo para promover el turismo.