Actualidad

Frank Samolis: “EE. UU. si tiene la voluntad, pero Ecuador no esta activo”

Cerca de 200 productos ecuatorianos entran al mercado estadounidense sin pagar aranceles, pese a que no hay un acuerdo comercial entre ambos países. Es gracias a las preferencias SGP que concede EE. UU. unilateralmente. Pero esa ventaja caduca el día 3

El asesor en Comercio Internacional de Squire Patton Boggs analizó en marzo qué posibilidades tenía Ecuador de que Estados Unidos renovara las preferencias arancelarias SGP. Desde entonces, el Gobierno nacional no ha avanzado mucho.

Nueve meses después de encontrarse con EXPRESO, el especialista estadounidense en Comercio Internacional, Frank Samolis, solo encuentra novedades del lado de su país. Ecuador se ha movido poco en la búsqueda de aliados que le den voz ante el “imprevisible” Gobierno de Donald Trump.

Faltan días para el fin de las preferencias arancelarias que concede Estados Unidos a países como Ecuador, ¿habrá renovación del SGP?

Sí, ya hay un acuerdo. Existe la voluntad política de renovar el Sistema General de Preferencias y, de momento, nadie se ha opuesto. El único problema es que hay muy poco margen de tiempo de aquí al 31 de diciembre y el trámite legislativo es farragoso. Quizás haya una complicación técnica, pero no hay desacuerdos y es muy alentador.

¿Entonces estará listo para los primeros meses de 2018?

Yo calculo que podría estar entre finales de año y marzo de 2018. Ese es el margen que tiene Ecuador para distinguirse frente a otros países que han estado haciendo avances con el fin de mejorar sus beneficios arancelarios.

¿No se ha hecho ningún avance en el último año?

Ecuador tiene que buscar amigos, necesita aliados. El sector privado puede ser uno. Lo importante es que se transmita a las autoridades estadounidenses que hay movimiento, que hay un interés en la renovación del sistema de preferencias. No quieres que se lleven una mala impresión.

Bueno, pero si Estados Unidos ya ha tomado la decisión de renovar el programa...

Es posible que se renueve, pero nadie sabe lo que puede pasar. Con una administración tan impredecible como la de Trump, no puedes dejarlo al azar. Además, nadie va a escuchar las cuestiones específicas de Ecuador si no tienen a alguien trabajando en eso.

Entonces, ¿lo que está en juego es poder ampliar las ventajas arancelarias al brócoli, a las rosas y a los demás productos que estaban en análisis?

Sí, eso es.

¿Cree que la ausencia de un embajador en Washington puede ser perjudicial para Ecuador de forma especial en la renovación del SGP?

Es un punto muy problemático. A mí me preocuparía no tener un embajador. Es un riesgo no estar activo y Ecuador no lo está. El embajador anterior, Luis Gallegos, sí lo era. Ecuador necesita ser visible y activo en Estados Unidos. Hay otros países que sí lo están haciendo.

¿Podría dar algún ejemplo?

Por cuestiones de confidencialidad no puedo ser preciso. Pero esos países no están asumiendo que basta con que Estados Unidos tenga la voluntad política de renovar el SGP. Ellos protegen lo que tienen.

Bajo su punto de vista, ¿a qué achaca usted la apatía de Ecuador? ¿Cuál es su percepción?

Bueno, es difícil. Yo no soy parte del Gobierno. Los países tienen sus prioridades y Ecuador tiene muchas. El ministro (de Comercio Exterior) Pablo Campana sí ha trabajado en la relación con Estados Unidos, pero aún así, no hay un portavoz. Insisto en que es un riesgo con una administración como la de Trump que, como se ve estos días en la reunión de la Organización Mundial del Comercio en Argentina, apuesta por una política comercial muy dura.