Francisco Rivadeneira: “Claro que me habria gustado seguir hasta el final con el acuerdo”
Despojado ya de agendas imposibles, conversar una hora con el exministro de Comercio Exterior deja de ser algo heroico. Desde Washington DC, donde ahora representa a Ecuador ante el Fondo Monetario Internacional, no esquiva el examen de EXPRESO a los r
Despojado ya de agendas imposibles, conversar una hora con el exministro de Comercio Exterior deja de ser algo heroico. Desde Washington DC, donde ahora representa a Ecuador ante el Fondo Monetario Internacional, no esquiva el examen de EXPRESO a los recuerdos y los olvidos.
Empecemos por el final. Al acuerdo con la UE le quedan un par de trámites y usted ya no sale en las fotos. ¿Ha sentido impotencia al ver las últimas complicaciones de tiempo y el desenlace desde la distancia?
Bueno, he tratado de ayudar dentro del espacio que nos daban las autoridades, el sector privado, el público y el académico, en general, a la distancia. La verdad es que he tenido mucha fe en que Juan Carlos Cassinelli haría un buen trabajo e iba a lograr lo que ha logrado.
¿No le queda algún sinsabor? ¿En cuanto a reconocimiento o a no haber podido cerrar usted mismo el acuerdo?
No en absoluto, primero porque el sector privado, el empresarial, y el académico ecuatoriano tuvieron la gentileza de reconocer lo que hice cuando fui viceministro y ministro de Comercio Exterior, antes de mi salida. Obviamente, a nivel personal claro que me habría gustado seguir presidiendo el ejercicio hasta verlo culminar. Pero eso es ya un interés de carácter personal. Más allá del ego, lo importante es que se hayan tomado decisiones importantes para el beneficio del país.
Muchos temieron que al salir usted del Gobierno, el acuerdo se quedase finalmente en nada...
Primero hay que recordar algo que no siempre es evidente: las posiciones públicas no son indefinidas y tarde o temprano uno tiene que salir. De manera voluntaria o involuntaria. Porque así es la política. Es algo positivo que permanentemente se refresque y se cambie de personas. Y bueno sí, me tocó salir... Por muchas razones que llevaron al presidente a pensar que yo no era la persona adecuada para seguir, pero me dio mucho gusto ver que no había cambiado de posición. Decidió que había que finiquitar el proceso.
Y lo hizo Cassinelli.
Es una de las personas que desde la Asamblea Nacional, cuando yo presenté esto, entendía la necesidad de lograrlo. Y creo que él tenía las calificaciones, el perfil y la experiencia necesarios. Porque la ratificación necesitaba un trabajo de cabildeo, de relacionamiento para convencer al Parlamento europeo y a la misma Asamblea. Ha hecho muy buen trabajo y no creo que yo hubiera podido hacerlo mejor que él.
Diego Aulestia, en cambio, no consiguió tanto. De hecho, muchos señalan a su periodo por el retraso con Colombia y Perú.
Diego Aulestia no lo tuvo fácil. Le tocó una etapa complicada. Y le cuento: desde el principio, nosotros sabíamos que Ecuador no necesitaba la ratificación de Colombia y Perú, porque el acuerdo con la UE no rige las relaciones comerciales con ellos, sino con Europa. Pero, de facto, hubo que hacerlo.
Y no quería, por las salvaguardias...
Dieron tanta guerra por dos razones. Por el interés directo que tenían en las salvaguardias, porque le afectaba. Pero eran medidas que estaban amparadas por las normas de la Comunidad Andina y las pusimos de manera legítima porque sus devaluaciones afectaban a nuestra competitividad y aumentaron nuestra importaciones.
¿La otra razón?
Porque no les hizo mucha gracia que Ecuador, inteligentemente, hiciera uso en el acuerdo con la UE del trato de nación más favorecida y consiguiéramos mejores condiciones que ellos.
¿Como cuáles?
Por ejemplo, conseguimos mantener fuera del proceso de desgravación de aranceles algunos productos sensibles que afectarían, por ejemplo, a sectores nuestros como la agricultura. Colombia no dejó esos productos fuera, solo consiguió extender el tiempo de protección arancelaria, pero tarde o temprano le llegarán esos productos sin arancel.
¿Es el caso de los lácteos?
Exacto. Para los derivados de los lácteos europeos, nuestro mercado está cerrado, con la excepción de los quesos maduros. Se fijó una cuota y por encima de ella no pueden llegar más. Otro ejemplo, es mantener en las compras públicas el espectro reservado a las empresas de la economía popular y solidaria y a las mipymes. Ellos abrieron totalmente sus compras públicas.
En la fase final, en cambio, Ecuador tuvo que ceder ante algunas exigencias de la UE, como levantar los cupos de vehículos o adelantar el desmontaje de las salvaguardias.
No estoy de acuerdo en que esas decisiones fueran exigencias de la Unión Europea. Y me explico: sobre los cupos de vehículos, por lógica, había un compromiso con la UE de transformar el régimen de cupos a régimen arancelario. Para luego, de ahí ir bajándolos hasta quedar liberalizados en siete años. Es decir, ya había una decisión de cambiar el régimen. Si hubiera sido por exigencia de la UE, se podrían haber mantenido los cupos con el resto de países. Ahora queda abierta la posibilidad de establecer otro tipo de medidas a futuro, de carácter ambiental o social, si afectan a la balanza comercial.
Pero las salvaguardias se iban a desmontar en junio de 2017 y, por sorpresa, se decidió reducir un porcentaje este octubre...
Las salvaguardias ya generaron sus resultados, se redujo el déficit comercial y, finalmente, el impacto ha sido más fuerte de lo necesario. Por eso...
Ahora, terminemos por el principio. Tras la retirada de Ecuador de la negociación en 2009, ¿cómo se retomaron los contactos? ¿Usted hizo una visita o una llamada?
Eso fue un proceso paulatino. Requería un trabajo de cabildeo y de contactos. No fui solo yo, sino todos los que conformaron el equipo negociador: Mentor Villagómez, Roberto Betancourt... Y en general, todo ha sido mérito de muchos. Destaco a Eduardo Egas, como ministro de Industrias, Daniel Legarda y sus compañeros de Fedexpor (Federación Ecuatoriana de Exportadores). Son muchos nombres y no me olvido de ninguno.
¿Lo difícil entonces fue convencer al presidente Correa? ¿Si no hubiera caído el petróleo, tendríamos acuerdo?
Para nada. De hecho, la decisión fue tomada cuando estábamos en bonanza económica. El presidente ya la había tomado y él personalmente la impulsó en sus últimas etapas por más que hubiera personas que no estaban de acuerdo. Sí se hubiera tomado la decisión aunque estuviéramos en una mejor situación, en un mejor escenario, pero lo que estoy diciendo es que definitivamente ahora es más que nunca necesario.