Francia busca el centro

Sin olvidar a Venezuela, cuyo pueblo requiere que los países latinoamericanos superen sus ambigüedades respecto al grave conflicto que allí se vive y actúen en consecuencia, hoy conviene mirar a Francia y su reciente pronunciamiento electoral.

Sin entrar en mayores disquisiciones, parece quedar claro que los franceses están cansados con las viejas guardias partidarias, tanto hacia la derecha como hacia la izquierda.

Por supuesto, situaciones como la relatada permiten que, aprovechando el cansancio, la fatiga democrática producida por las decepciones repetidas, muchos busquen la salida a sus repetidas frustraciones en las posiciones ultranacionalistas, que aspiran a encontrar soluciones mágicas en la desaforada oferta de los populistas y en el borrón y cuenta nueva.

Todavía hay gente que aspira “aunque sea a que la engañen” y hacerlo consigue acumular votos a favor. Ellos serán los que a poco, empezarán a maldecir, cuando contrariando sus aspiraciones la realidad los confronte.

En todo caso, un sector lúcido de ese hermoso país, torturado ahora por diversas manifestaciones del fanatismo, y pese a ello, ha creído oportuno favorecer con su simpatía electoral al candidato que encarnaba el centro político y garantiza un manejo económico serio.

Esperemos que ese mismo espíritu prevalezca en la segunda vuelta electoral. Grave sería que una de las patrias mayores de los derechos humanos caiga en manos de una xenofóbica convicta y confesa, antieuropeísta y con sentido excluyente de la unidad de su pueblo. Preferible es, de lejos, que Macron, un demócrata con sentido social, que cuenta con el apoyo de los sectores medios de su sociedad, logre pronto reactivar una otrora próspera economía y la ponga de nuevo “en marcha”.

Mientras tanto, entre nosotros, comenzaron a surgir los nombres de los implicados en la red de sobornos de Odebrecht. No ha sido en vano el esfuerzo en esa dirección de los medios de comunicación independientes y lo mejor de la sociedad civil ecuatoriana.

Toca ahora, en el mes final del actual régimen, conocer la realidad de la dura situación económica a enfrentar.