Varios fotografías de unas osamentas llegaron al teléfono de Alexandra Córdova, madre del desaparecido David Romo, la tarde del viernes. Ella las hizo públicas el fin de semana pidiendo que Fiscalía investigue el hallazgo.

Eran las 15:00 cuando los moradores de Pomasqui, en el norte de Quito, encontraron los huesos dentro de una quebrada de la zona, ubicada en la calle García Moreno. Además de comunicarse con Córdova, llamaron a los equipos de emergencia para notificar el hecho.

Miembros de la Policía se trasladaron al lugar para el levantamiento. En medio del terreno estaba los huesos aparentemente de una pierna y varias costillas, relató la madre del estudiante desaparecido desde el 16 de mayo de 2013.

Aquella fecha, el chico iba a bordo de un autobús rumbo a su casa en la Mitad del Mundo, en el norte de Quito. Nadie lo volvió a ver. Tiempo después y, como parte de las indagaciones, el controlador de esa unidad fue sentenciado por el robo del teléfono celular de Romo. El sospechoso aseguró que nada tenía que ver con la ausencia de David.

Hoy, las autoridades investigan la desaparición forzosa del estudiante. El año pasado, seis detenidos por el supuesto asesinato del chico en una clínica de rehabilitación de Pisulí, en el norte de Quito, fueron declarados inocentes.

Pese a que se han manejado varias hipótesis sobre la ausencia de Romo para su madre aún no hay respuestas. Ella mantiene la esperanza de que regrese a casa con vida, mientras continúa buscándolo.

Es por eso que el 2 de diciembre ingresará un oficio en Fiscalía para que se realicen las pericias pertinentes a los huesos encontrados y así determinar si pertenecen o no a su muchacho.