Fiebre amarilla en Guayaquil
El sábado 10, gran parte de los habitantes de Guayaquil sufrieron de fiebre amarilla, pero esta vez no padecieron estragos de epidemia de 1842 que azotó a esta ciudad, esta vez el amarillo que reinaba era producto de la alegría desbordante y de la vestimenta de la fanaticada del equipo de futbol Barcelona, que engalanados con sus camisetas caminaban por doquier esperando el inicio de la fiesta amarilla donde recibirían la anhelada copa. La fidelidad de la hinchada de Barcelona es un fenómeno social, sus hinchas no apartan de sus corazones “al ídolo del astillero” así este se encuentre en las malas y peores épocas, como dice la canción “están hasta las mismas, mismas”.
Econ. Marysol del Castillo