Declive. Hubo una escasa representación internacional en funerales de Fidel.

Sin Fidel, la golpeada izquierda encara un nuevo EE. UU.

Casi 20 años después de conquistar América Latina, una izquierda urgida de renovación deberá encarar al impredecible Donald Trump. Y ya sin uno de sus mayores símbolos: Fidel Castro.

Casi 20 años después de conquistar América Latina, una izquierda urgida de renovación deberá encarar al impredecible Donald Trump. Y ya sin uno de sus mayores símbolos: Fidel Castro, quien inspiró y apoyó a los exguerrilleros y líderes sindicales que llegaron al poder en los años 2000 como José Mujica, en Uruguay; Dilma Rousseff y Lula da Silva, en Brasil, o Evo Morales, en Bolivia.

Bajo la guía de carismáticos dirigentes como Lula o el fallecido Hugo Chávez (Venezuela), una izquierda heterogénea tomó el mando en Sudamérica, a excepción de Colombia, y avanzó en Centroamérica.

Pero al momento de la muerte del padre de la revolución cubana -el 25 de noviembre a los 90 años- no pasaban de ocho los mandatarios de esa tendencia. Elecciones presidenciales en Perú y Argentina, referendo en Bolivia, legislativas en Venezuela: la izquierda acumula derrotas en las urnas y debió contemplar con impotencia la destitución de Dilma Rousseff en un juicio político en Brasil, acusada de maquillar las cuentas públicas.

Y en 2017, el grupo debe reducirse más: Rafael Correa (Ecuador) declinó buscar un tercer mandato, mientras que la chilena Michelle Bachelet se prepara para dejar el poder con un balance de escándalos y promesas incumplidas. Estos reveses provocaron la pérdida de influencia de Cuba, referencia histórica de la izquierda del continente, que también afronta el impacto de la grave crisis que atraviesa su principal aliado y suministrador de petróleo con facilidad de pago, Venezuela.

Aún en medio de esta situación y sin hacer grandes concesiones, Cuba inició un histórico acercamiento con Estados Unidos. Pero la isla ya no es esencial para el continente.

“La representación internacional en los funerales de Fidel no estuvo al nivel que uno hubiera esperado. Esto sugiere que la estatura de Cuba está en declive”, opina Paul Webster Hare, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Boston.

En Bolivia y Ecuador, por ejemplo, donde el poder está altamente personalizado, las coaliciones en el poder durante casi 10 años “van a tener que aprender a organizarse como partidos de oposición”, señala Christopher Sabatini, de la Universidad de Columbia, en Nueva York.

En poco más de un mes, los gobiernos de izquierda tendrán que enfrentar un nuevo reto: la asunción de Donald Trump.

Para la mayoría de los expertos, todavía es demasiado temprano para hablar de una posible “amenaza Trump”, ya que este parece no tener a América Latina entre sus prioridades, con la excepción del tema migratorio.