No era un mercado tradicional pero el olor a verduras frescas y frutas inundó el espacio. Tampoco un comisariato ni restaurante vegano, pero los productos de este tipo eran ofertados en diferentes stands. En la cancha cubierta del colegio Balandra Cruz del Sur, se desarrolló la feria agroecológica Bona Terra, que llegó a su sexto aniversario con más exponentes y más compradores.

Al principio eran 20, ahora son 40. Venían 100, 200 personas ahora son unas 400, dice Marcos Fioravanti, director ejecutivo de fundación In Terris, que coorganiza esta propuesta la cual busca “reconciliar el campo y la ciudad, estableciendo un espacio de comercio directo entre el productor y el consumidor”.

La idea es que los consumidores encuentren productos sin químicos. “Son productores agroecológicos con el compromiso de no aplicarle agrotóxicos a sus alimentos y entregarlos más sanos. Están certificados bajo un proceso colectivo”, explica Fioravanti.

A esta propuesta se suman los espacios de interacción con emprendimientos que, al igual que las frutas y verduras, son productos elaborados sin químicos, preservantes ni aditivos, como Rancho Danielita, que ofrece conservas y mermeladas. O Patty Aguilar, cuyos productos de limpieza St. Santino carecen de químicos y son hipoalergénicos.

Tany Duque asistió a la feria y adquirió además de los vegetales unas plantas de albahaca; mientras que Daniela Rosales probó el cake de limón vegano que ofrecía Emilio Carrión, cuyos ingredientes, aseguró, no provenían de animales (leche, huevos, mantequilla, son reemplazados por alimentos de origen de vegetal).

La feria contó además con la participación de grupos musicales y danzas folclóricas protagonizadas por los alumnos del colegio anfitrión. KSG