El federalismo revive la democracia
Si en el centralismo republicano la democracia está representada por la independencia de los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, fácil es deducir lo que sucede, y lo estamos viviendo, cuando se unen dos de los tres poderes, y sin querer queriendo, los dos unidos subyugan al poder restante (disidente e independiente). Por ej., si se une el Ejecutivo con el Legislativo, el resultado se observa en el poder Judicial, que es la impunidad de los desvíos (juez y parte) administrativos del Ejecutivo. Cuando se une el Ejecutivo con el Judicial, el resultado lo vemos en el Legislativo: se produce la persecución judicial contra los miembros del Legislativo o sus asistentes colaboradores. Cuando se une el Legislativo, con el Judicial el resultado es el derrocamiento.
Es totalmente diferente en el caso del federalismo, que representa la unión de varios estados (gobiernos), donde la democracia, o sea la independencia de los tres poderes, está garantizada porque cada poder, sea este el Ejecutivo, Legislativo o Judicial, está representado por cada uno de los estados (gobiernos) componentes del federalismo.
La posible solución para que el centralismo republicano pase a ser un gobierno federal de hecho, sería el sectorizar en tres o cuatro franjas territoriales, que representen un total potencial de igual magnitud o similar, en la suma de los aspectos: territorial, poblacional y mineral-industrial-comercial. Es posible que con la ayuda del “cálculo matricial”, donde la matriz es el problema y “la inversa de la matriz” es la solución, se encuentre la forma de poder hacer; porque la forma de no poder hacer es la que converge al centralismo, que no permite el desarrollo del país. (Un celebre político y escritor, en palabras similares, dijo: “Cuando en un gobierno no hay medicinas para atender la salud, no hay alimentos para paliar el hambre y no hay seguridad para vivir en paz, la democracia es una cáscara”.
Ing. Salvador C. Loffredo Autheman