Rubén Montoya Vega | El retrato narco de Maduro

Maduro es hoy la cabeza visible de la mayor organización delictiva que se asienta en Sudamérica: el Cartel de Los Soles
El dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, ha emprendido una desesperada defensa frente al cerco político-militar que en su contra ejecuta Estados Unidos. Su táctica incluye ‘entrevistarse’ con algún cachiporrero y hacer llamados a la conciliación. Que Venezuela es rica y por eso la quieren, dice. Él, que la ha saqueado como nadie en su historia. Ni Chávez se atrevió a tanto (o no le alcanzó el tiempo).
Que respeta a Donald Trump, balbucea. Que los informes de inteligencia que le han entregado para calificarlo de narco son falsos, suplica. Pues no lo son.
Primero, Maduro es un tirano y hasta la izquierda mínimamente decente se lo ha restregado. “Desde aquí les digo que el gobierno de Maduro es una dictadura”, dijo este año Gabriel Boric, el presidente chileno. Segundo y más importante: Maduro es hoy la cabeza visible de la mayor organización delictiva que se asienta en Sudamérica: el Cartel de Los Soles.
No es un decir. Para dimensionarlo, hay que ver la gran diferencia entre los carteles mexicanos, que son protegidos por los líderes políticos a quienes financian, y uno que no solo tiene el apoyo del Estado, sino que ES el Estado. Porque en Venezuela las huestes del déspota manejan todo el andamiaje que sostiene el negocio de maleantes.
A quienes lo olvidan, hay que refrescárselo: allí el crimen organizado penetró a las FF. AA. y a la Guardia Nacional, y se hizo con el control de puertos, cárceles, servicios de inteligencia… Ya en 2018 las carteras de Educación, Agricultura, Comercio Exterior o Energía eran lideradas por sus alfiles, así como PDVSA, esa vaca interminable y gordísima que alimenta a los rateros. La cabeza del entramado era Diosdado Cabello, por entonces presidente de la Asamblea y hoy ministro de Justicia. El poder tras el poder.
En un país sin otra ley que no sea la del dictador y sus secuaces, sin ninguna institución que controle los desmanes, sin funciones políticas autónomas (todas capturadas por el chavismo), era y es natural que florezca el crimen organizado. Hoy lo controla Nicolás Maduro. Y no habrá declaración miedosa ni entrevista de alcahuetes que le pueda desmanchar la cara.