En el Cisne 2. Los chicos jugaron básquet y fútbol de 09:00 a15:00.

Las familias cerraron el feriado con futbol, chapuzones y comida

Quienes no tuvieron la oportunidad de salir de la ciudad durante el feriado, también la pasaron bien, visitando lugares turísticos, como el Malecón del Salado y Las Peñas; refugiándose en centros comerciales, cines o restaurantes; o dándose un chapuzón

Quienes no tuvieron la oportunidad de salir de la ciudad durante el feriado, también la pasaron bien, visitando lugares turísticos, como el Malecón del Salado y Las Peñas; refugiándose en centros comerciales, cines o restaurantes; o dándose un chapuzón en la laguna artificial de Sauces VI.

Nerly Burgos, guayaquileña, fue una de las habitantes que optó ayer por esta última opción. Llegó desde la cooperativa Juan Montalvo para sumergirse en las aguas de esta enorme piscina, de 3.178 m², acompañada de sus hijos.

“Solo así se puede aplacar el calor. En Guayaquil nos derretimos”, dijo la mujer, mientras observaba a sus pequeños, de 12 y 15 años, lanzarse al vacío.

Unos metros más adelante, Josefina Garcés, de 57 años, hacía algo similar. Se zambullía al igual que los niños, mientras sus hijas la alentaban a bucear. Querían que llegue al fondo de la alberca, de 1,20 metros de profundidad.

En el estanque, los bañistas, entre grandes y pequeños, llegaron pasadas las 10:00.

En el complejo deportivo El Cisne 2 y el parque Samanes, en cambio, los guayaquileños hicieron deporte y más deporte. Trotaron, recorrieron las zonas en patines, jugaron básquet, índor y sobre todo fútbol.

En el Cisne 2, donde se levanta el imponente monumento de bronce del Cristo del Consuelo, de hecho, un promedio de 150 chicos practicaban con el balón. Hacían pases, ‘cascaritas’, tiros libres; lo lanzaban hacia el cielo y cabeceaban, o zigzagueaban a lo largo de la cancha con él.

“Cuando no hay dinero, uno tiene que ver cómo se divierte. Esta vez no pude llevar a mis muchachos a la playa porque todo me lo gasté en sus libros”, agregó Tito Cárdenas, morador.

Otras familias, en cambio, buscaron distraerse en espacios cerrados, con acondicionador de aire. El clan Medina Salvatierra, integrado por 12 miembros, por ejemplo, se ‘asiló’ en San Marino. Fue al cine, jugó bolos y disfrutó de un buen cebiche. La afluencia de visitantes en este y otros centros comerciales fue alta -y perenne- durante los tres días de asueto.

El detalle

La Bahía y el Malecón Simón Bolívar fueron también otras de las zonas más concurridas. En este último punto hubo quienes practicaron yoga.

DSZ