Mas evidencias y menos normalidad
Lo que hoy sucede en el país, a cuatro meses del nuevo gobierno, da lugar a una interpretación y a una comprensión diferentes de lo expresado por el anterior presidente. Los nuevos y frecuentes hechos y evidencias muestran aspectos irregulares, anómalos y que se escondieron, con la finalidad de que la ciudadanía no los conozca. Sin embargo, salen a la luz pública.
Esto parece sugerir que los actos administrativos y la acción política del régimen anterior tenían una tarea paralela de ocultamiento de muchos aspectos. Esto no es positivo para el país, mucho menos para el gobierno anterior. Pareciera que se creó todo un vademécum de acciones administrativas nada transparentes, disfrazadas como “normales”.
Asimismo, se acudió a “inventar realidades” que no correspondían a los hechos económicos, sociales y políticos de la administración anterior, y que hoy se conocen. Cada día aparecen nuevas evidencias que dicen mucho y que permiten comprender las razones por las cuales fueron encubiertas. Incluso se hizo uso de maniobras y de expedición de leyes y normas para tal efecto. No obstante de ello, hoy son de conocimiento público.
Antes del caso Odebrecht y de los “Panama Papers”, ya surgieron casos como los contratos del Gran hermano, las ambulancias, el llamado come cheque, la narcovalija, etc. Lo que se estaría develando es una verdadera política de ocultamiento y difusión de una imagen que no corresponde con los hechos que se denuncian, que fue puesta en práctica por el gobierno anterior. Además, se siguen descubriendo nuevas irregularidades, que aparecen con nuevas pruebas. De ahí que había más anormalidad que normalidad. La realidad así lo dice.
Las dudas y sospechas deben despejarse. Por eso es importante realizar una necesaria y adecuada auditoría y contraloría de las principales obras que llevó adelante el régimen anterior. Solo así sus miembros y la ciudadanía estarán satisfechos. Esta es una demanda de la sociedad y de quienes creen que en diez años de administración anterior se realizó una real y efectiva “revolución ciudadana”. Sobre todo que en ella la ética, los principios de honestidad y transparencia fueron pilares fundamentales de ese accionar. Caso contrario quedarán dudas respecto a lo que decían la propaganda y las consignas, frente a lo que cada día aparece como nuevas evidencias.