Algunas empresas comenzaron a producir café robusta mejorado, clones con materiales nacionales e importados desde Brasil, con resultados que llegan hasta 100 quintales por hectárea; pero no han tenido la respuesta que esperaban del Estado, es decir, que s

La estocada final a la industria cafetalera

El sector no puede importar y la producción local es cara. Los progresos en materia de genética no tienen complemento.

Toda la parafernalia del Gobierno anterior, en relación al café, queda desnuda hoy. Las evidencias de “esa mentira” son contundentes: las fábricas se desmantelan, los altos costos y la baja productividad de las plantaciones cierra la posibilidad de exportar y el café colombiano entra arrasador.

Diario EXPRESO confirmó que la mayor empresa del país, de las dos que quedan, dada la abrumadora competencia sin restricciones del café colombiano (que no siempre es de buena calidad) analiza empacar su producto en vidrio en Pereira y en Bogotá el sachet. El vecino es más barato.

El Gobierno de Rafael Correa se ufanó de una millonaria inversión y de miles de hectáreas o sembradas o reactivadas, y la realidad es otra. Las cifras oficiales dicen que en el 2016 la superficie plantada bajó el 30 % en relación a las 79.744 hectáreas que había en 2015 (Instituto Nacional de Estadística y Censos). Y los ingresos por exportaciones bajaron de 100 millones a $ 86 millones a octubre, según el Banco Central.

Los elevados costos en el campo de Ecuador lo han dejado fuera de competencia. “Si alguien quiere exportar esta materia prima debe estar resignado a perder 5 centavos por libra”, señala Askley Delgado, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Café.

Las fábricas, en cambio, tienen problemas por falta de diligencia y desconocimiento de las autoridades, resalta. A la compañía El café le han negado 11 permisos de importación de granos de la variedad robusta, aduciendo que tiene que comprar granos locales también. Elcafé es la responsable de que al país ingresen $ 76,4 millones de los 96,5 millones que genera el sector en exportaciones.

Pero Delgado resalta que el grano local se puede comprar si es para venderlo procesado en el mercado interno, cosa que hoy no pasa. El grano importado se reexporta luego de haberlo procesado, pero “las fábricas locales han perdido las perchas a manos de empresas que, sin restricciones, importan el producto terminado desde Colombia a bajo precio”.

El valor referencial para el robusta es de $ 78,02, pero en el mercado internacional el valor cerró el martes en $ 77 por quintal. Valores bajos para los escasos 5 o 6 sacos, promedio, que produce por cada hectárea. Pablo Pinargote, gerente de Anecafé, no ve una luz. “Le están dando la estocada final a un sector que fue uno de los más importantes hace dos décadas”.

Llega la competencia

Colombia invade

El café colombiano entra no solo a través de marcas reconocidas (Colcafé, Buendía, Nescafé), sino al granel para ser empacado por empresas nacionales que no le ponen el origen.

Bajo costo

El costo en Colombia es más bajo, lo cual hace que los importadores den más beneficios en la distribución. Algunos son producidos con cisco y cáscara a lo que le añaden aroma artificialmente.

La estrategia

Algunas marcas colombianas dejan un margen de 7 centavos en la presentación de 10 gramos a los tenderos, frente a los 3 centavos de las fábricas locales.