Las esencias florales como metodo para reducir la ansiedad
Guayaquil estrenó una clínica móvil para atender este tipo de trastornos y emociones, pero solo mediante tratamientos y medicina alternativa.
En Guayaquil se ha instalado una clínica móvil para usuarios que requieran de un tratamiento especial para trastornos de ansiedad como miedos, tristezas, estrés, ira, preocupación y otras emociones, pero a través terapias naturales y complementarias.
La unidad, instalada ayer por el Municipio de Guayaquil, estará ubicada en los exteriores del Hospital de Niños Roberto Gilbert —avenidas Roberto Gilbert y Nicasio Safadi, ciudadela Atarazana— hasta el próximo 12 de julio, luego se desplazará a otro sitio.
Consta de tres consultorios y tres terapeutas que tratan a los usuarios con aceites para aliviar, por ejemplo, las neuralgias; y métodos no invasivos, como la radiestesia (radiaciones electromagnéticas con péndulo), el ring Tess (prueba del anillo), la terapia floral o el biomagnetismo (sistema terapéutico que utiliza las esencias florales como medicamentos).
Según el coordinador de la unidad, Roberto Montero, las esencias actúan para relajar y controlar las emociones. Quienes estén interesados en conocer la ubicación de la unidad o su próxima ubicación pueden acceder a esta información al número chatbot de WhatsApp 0983118057.
El procedimiento a seguir es enviar un mensaje con la palabra HOLA al número indicado; luego el chatbot responderá que elija una de estas opciones: 1) Ubicación actual 2) Próxima ubicación; el usuario deberá responder con el número 1 ó 2 dependiendo de lo que requiera.
Quienes acudan deben llevar una copia de la cédula de identidad y firmar el acta de entrega de los aceites. La atención es de 08:30 a 16:30.
Para Laura Serina, quien habita en la Atarazana, que se ofrezca un servicio de este tipo resulta interesante. “Es bueno probar con algo nuevo, me llama la atención. Sufro de insomnio hace 4 años.
Ojalá y este tipo de tratamientos puedan aliviarme. Lo he intentado todo; pero es inútil”, asegura la mujer de 53 años y quien acudirá al sitio por insistencia de su vecina, quien ya fue atendida.
Otros habitantes, como Carlos Cáceres, piensan, asimismo, que estas jornadas son a las que deben darle prioridad. “Los químicos de una u otra manera, a la larga, lastiman. Espero que este sea el inicio de todo y más aún que vuelvan a este vecindario. No se trata de que te vean una vez y ya, sino que haya seguimiento. Eso es lo que importa y lo que incrementa los buenos resultados”, advirtió.