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Entender el mercado

Por acaso a algún planificador se le haya ocurrido volver a trazar una línea feliz de proyección de los precios del petróleo, estos bajaron durante la semana transcurrida en un 4 % como consecuencia, entre otras, de las variaciones (positivas) en las r

Por acaso a algún planificador se le haya ocurrido volver a trazar una línea feliz de proyección de los precios del petróleo, estos bajaron durante la semana transcurrida en un 4 % como consecuencia, entre otras, de las variaciones (positivas) en las reservas americanas, del desajuste europeo por el “brexit” y la incertidumbre generada, y de la percepción cada vez mayor de que OPEP es un muerto que camina. El umbral de $50 el barril, que a algunos había devuelto la sonrisa, de repente se disipó.

Los chavistas, embebidos en su retórica de soberanía, entretanto, prefirieron pagar a los bonistas y mantener al pueblo venezolano al borde de la hambruna y la desesperación colectiva. Son prioridades bizarras pues otros gobiernos han decidido entrar en cesación de pagos de sus deudas en condiciones menos apremiantes que las del país caribeño. Es evidente que resulta mucho más importante mantener el espejismo de normalidad, para extraños particularmente, antes de admitir la bancarrota de sus políticas.

Finalmente, el prestigioso grupo noruego Rystad, anunció que los Estados Unidos tienen la mayor reserva petrolera del mundo, con un total de 264.000 millones de barriles, reservas que superan las de Rusia (256.000 millones) y de Arabia Saudita (212.000 millones). Nos lleva a la reflexión de que el esquema de empresa privada, que es la característica de organización de los americanos, es superior cuando se trata de incorporar reservas y administrar el patrimonio, mientras los venezolanos continúan soñando con reservas no descubiertas.

Entretanto, la nueva matriz energética mundial se sigue consolidando. En Estados Unidos el uso de hidrocarburos alcanza el 81,5 % del total, con tendencia a la baja. La energía no convencional, sin subsidios, le está haciendo calor (en cuanto a costos marginales de producción) al gas, lo que apunta hacia nuevos equilibrios.

No dudamos que el petróleo seguirá dominante por el futuro previsible, pero es evidente que la tendencia es hacia cambios de fondo en la provisión energética, cambios que son requeridos si el planeta va a resolver el problema presente del calentamiento global.

En el Ecuador, en previsión del advenimiento de un nuevo gobierno, es menester entender estas tendencias de mercado, a fin de deslindarnos del atavismo del país petrolero.