Las empleadas del hogar

Efectivamente, hubo abusos hacia la labor de las empleadas del hogar por años, situación que el Gobierno intentó remediar. Sin embargo, al tratar de solucionar esto, perjudicó al grupo familiar que contrataba los servicios de la doméstica, pues se hizo un símil con una empresa en cuanto a contratación y beneficios sociales; sin embargo se dejó un cabo suelto. La familia no es una empresa, y no tiene como cruzar ese “gasto” lo que sí pueden hacer las empresas al momento de realizar su estado de resultados.

Solicito se revise esto y puedan las familias que se ven en la necesidad de contratar una doméstica, poder rebajar de su declaración de impuesto a la renta este gasto.

Econ. Joffre Ortiz Patiño