Las elecciones primarias en Argentina

Argentina tiene un sistema interesante para seleccionar a los candidatos para la presidencia, senadores y diputados. Desde el 2009 se realizan las elecciones primarias, también llamadas primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). En ellas se definen dos cuestiones: qué partidos están habilitados a presentarse a las elecciones nacionales, que según la ley son aquellos que obtengan al menos el 1,5 % de los votos válidamente emitidos en el distrito del que se trate para la respectiva categoría; y también quedará definida la lista que representará a cada partido político.

Primarias: porque en lugar de definirse cargos, primero se determinan las candidaturas oficiales.

Abiertas: porque todos los ciudadanos participan en la selección de candidatos, estén o no afiliados en algún partido político.

Simultáneas: todos los precandidatos, por las distintas posiciones, dirimen su postulación para la elección general en simultáneo, la misma fecha y en el mismo acto eleccionario.

Obligatorias: para todos los ciudadanos que tengan entre 18 y 70 años a la fecha de la elección nacional y para todos los partidos y alianzas que pretendan competir en los comicios nacionales, aun para aquellos que presentan una única lista de precandidatos.

Esta ley modificó los requerimientos de los partidos políticos para poder presentarse en las elecciones nacionales e implementó el sistema de primarias abiertas, simultáneas y obligatorias. Asimismo modificó el financiamiento de los partidos políticos, y la cantidad mínima de afiliados que debe tener un partido político para no perder la personería jurídica y así tener la posibilidad de presentarse a elecciones.

Mecanismo de las elecciones. Tanto la primaria como la general son obligatorias para todos los ciudadanos naturales o naturalizados en la República Argentina, estén o no afiliados a algún partido político. En las elecciones primarias cada agrupación política presenta sus postulantes, pudiendo tener una o más candidaturas. La ciudadanía elegirá entre las agrupaciones del partido que desee. Los partidos políticos presentan a todos sus precandidatos a todos sus cargos a elegir y los ciudadanos (afiliados o simpatizantes de dichos partidos) votan a sus precandidatos preferidos para competir por dicho cargo. Así, un partido o coalición presenta por ejemplo seis precandidatos para presidente de la nación argentina y sale electo un aspirante para competir en los comicios generales. Para poder participar en las elecciones generales, cada agrupación debe obtener en las primarias al menos el 1,5 % de los votos válidos totales por categoría. Este mecanismo es solo para autoridades nacionales.

El presidente Mauricio Macri, pese a los desalentadores resultados económicos que ha tenido en su período presidencial, parece haberse reforzado escogiendo a un peronista como binomio, dividiendo así a este partido, que no ha logrado volver al poder.

Cristina Fernández, aunque tiene más de once juicios en su contra por ser la gran responsable del alto grado de corrupción que ha vivido Argentina, y que hasta ahora se ha salvado de ir a la cárcel por su inmunidad como senadora, tuvo la buena idea de lanzarse como vicepresidenta en el binomio Fernández-Fernández, en una maniobra que le permite llegar a la presidencia del Senado y luego, si gana su fórmula, conseguir que el candidato presidencial, que fue ministro de los dos Kirchner, emita un decreto de indulto, lo que la libraría de cualquier sentencia que pueda dictarse en los juicios pendientes, ya que según las leyes argentinas los miembros del Parlamento pierden su inmunidad en el momento que estas se emiten.

Se han lanzado otros postulantes más, como Lavagna, pero con pocas posibilidades y lo que harían es restar votos a los candidatos antes nombrados, pero jugarían un papel importante de haber una segunda vuelta, lo que es casi seguro, pues es difícil que uno de los dos candidatos, Macri o Fernández, logren mayoría en la primera vuelta.

Conclusión. Desde lejos nos sorprende que Argentina, que fue famosa por su elevado nivel cultural, país de Sarmiento, de tres Premios Nobel, grandes juristas y escritores como Borges, con una enorme riqueza, especialmente en la Segunda Guerra Mundial (riqueza que fue dilapidada por Perón), pueda (el pueblo) volver a votar por Cristina, que enamorada del chavismo quiso convertir al país en otro de los seguidores del Foro de Sao Paulo, que tan nefasto fue para los países que siguieron esa tendencia, como Venezuela, y que ha hecho que el populacho, en estos tiempos, piense que no importa que hayan robado porque consiguieron recibir subsidios a manos llenas, aunque aquello no los ha sacado de su pobreza.